- Juliana Basualdo, campeona argentina del peso supergallo, se prepara para disputar el título mundial en Francia el 19 de octubre.
- A sus 23 años, comenzó a dedicarse al boxeo, alcanzando importantes logros.
- Con el apoyo de su equipo y la necesidad de sumar más sponsors, se enfrenta a su mayor desafío, buscando consagrarse campeona mundial.
Juliana Basualdo, conocida como “La Profeta de Villa María”, está a punto de enfrentar el mayor desafío de su carrera. La boxeadora profesional, campeona argentina del peso supergallo y campeona latina del peso gallo, se prepara para disputar el título mundial de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en peso supergallo. La pelea se celebrará en Francia el 19 de octubre, marcando una oportunidad única en la vida de Basualdo.
Los comienzos de Juliana
Juliana comenzó su viaje en el boxeo a los 23 años como una forma de salir de las adicciones y mejorar su defensa personal.
“Empecé a boxear en una piecita de 3 por 2 con una soga y una cubierta, no tenía bolsa de boxeo”, recuerda.
Su dedicación y esfuerzo la llevaron a debutar como boxeadora amateur en diciembre de 2014 y a profesionalizarse hace cinco o seis años.
“Estos años como profesional fueron muy duros, trabajamos muchísimo para esta oportunidad”, comenta.
Preparación intensa para el título mundial
La preparación para la pelea en Francia ha sido rigurosa. Juliana y su equipo, liderado por su técnico, se enfocan en la potencia de piernas y en un trabajo técnico-táctico minucioso.
“Nuestra rival es una boxeadora alta, de casi 1.70 metros, que se traslada muy bien en el ring. Vamos de visitantes y creo que tenemos que hacer un gran trabajo sobre eso”, explica Basualdo.
Además de la intensa preparación física y técnica, Juliana enfrenta el reto de equilibrar su vida personal con su carrera profesional.
Como madre, debe atender a sus hijos y gestionar su tiempo entre entrenamientos y responsabilidades familiares.
“Es un sacrificio enorme, no solo entrenar, sino también descansar, alimentarse bien y suplementarse adecuadamente”, añade.
La importancia del apoyo
Juliana hace un llamado a la comunidad para obtener apoyo adicional en esta etapa crucial de su carrera.
“Vamos a necesitar más apoyo que nunca. Necesitamos suplementos que no den doping, proteínas, vitaminas, protectores. Todo eso es muy caro”, comenta, destacando la importancia de sus sponsors, quienes la han apoyado consistentemente desde 2021.
Juliana cuenta con el apoyo de Distrivita desde hace cuatro años, con un acompañamiento permanente para que pueda llegar de la mejor forma a cada pelea.
También la acompaña carnicería Don Omar, que este año se sumó con una cuota mensual para ayudar en alimentación adecuada de la boxeadora.
Entre los sponsors que menciona, también destaca a Verónica Navarro y Eduardo Accastello, quienes la han ayudado con los viáticos para viajar a Buenos Aires, y a Darío, dueño de un puesto en el Mercado de Abasto, que le ha proporcionado una cuenta abierta en La Verdu para obtener alimentos necesarios.
Cómo ayudar a Juliana
Aún es mucho lo que resta para llegar a la pelea, y la preparación implica un sacrificio personal y económico importante.
Por eso Juliana pide ayuda a quienes puedan dar una mano, con lo que sea, porque todo suma.
Se la puede contactar personalmente en su domicilio, Corrientes 2350, o también en el gimnasio Alcides Rivera, calle Juárez Celman casi esquina con José Ingenieros, donde entrena todas las tardes.
Además, en la sede de Distrivita, calle Mendoza 2187, proporcionan una lista de elementos que necesita Juliana, para quienes puedan conseguirlos o comprarlos por ella.
La oportunidad de una vida
Para Juliana, esta pelea representa mucho más que un título.
Es mi primera chance por un título del mundo y estoy muy feliz, aunque también cansada y con muchas emociones encontradas. Esta es la oportunidad de mi vida, de nosotros como gimnasio, mi técnico y mis sponsors. Es nuestra chance”, concluye.
Con el apoyo de su equipo, su familia y la comunidad, Juliana Basualdo se prepara para enfrentar este desafío con la esperanza de regresar a Villa María como campeona mundial.