En algunos colegios céntricos, donde se concentra gran cantidad de urnas, la disposición de las mesas en lugares con pasillos estrechos o de acceso únicamente por escalera, complicaron el trámite para los votantes, principalmente aquellos que tiene dificultades para movilizarse.
En el caso del Instituto La Santísima Trinidad hubo un cambio en la disposición de las mesas con respecto a las Paso. El primer “brete” lo formaron los propios partidos políticos, colocando en el ingreso mesas de información para votantes sobre la ubicación de las mesas.
La información que brindan es útil, pero reducen el espacio de paso y esto demora la entrada y salida de votantes por la única puerta de ingreso habilitada.
También se dispuso que mesas antes ubicada en la zona de pasillo principal, pasaran al sector del Jardín de Infantes, donde el pasillo es mucho más angosto. No había lugar para los votantes pudieran esperar cómodamente sin dificultar el paso de otros sufragantes.
En el Instituto del Rosario se vio algo similar, con espacios reducidos para la cantidad de votantes asignados (foto).
En colegios en los que se siguen ubicando mesas en pisos superiores y sólo se cuenta con escalera como forma de acceso, obligó a que las urnas sean trasladadas a la vía pública para que los ciudadanos pudieran votar, demorando el trámite de los comicios.
En La Santísima Trinidad se dispusieron 27 mesas y 31 mesas en el Instituto del Rosario. Junto con el Instituto Bernardino Rivadavia, que tiene 30 mesas, con los colegios con mayor cantidad de asistencia de votantes.
Todas estas cuestiones podrían ser subsanadas si se implementaran criterios más lógicos en la distribución y ubicación de mesas en las escuelas.
Foto: Facebook Leonardo Pibouleau.