Marina Borenzstein presentó en Villa María su libro “Enfermé para sanar”, en el que cuenta el día a día de su lucha contra el cáncer de mamas. Un diario íntimo de la vida cotidiana de una mujer que, más que enfrentarse a una enfermedad mortal, eligió ponerse ante una oportunidad de vida.
“El libro salió de mis manos y llegó a las librerías sin que yo tuviera la menor idea si a la gente le iba a gustar. Y la verdad es que cada vez me encuentro con más gente que dice que le doy fuerza, esperanza, tranquilidad para ponerse bien”, contó la actriz, quien es hija del legendario Tato Bores y está casada con el actor Oscar Martínez.
“Él me acompañó muchísimo, me contuvo, se desesperó, se asustó, por momentos yo tenía que contenerlo a él, tuvimos que ir a terapia juntos. Me fue acompañando y todo lo resolvimos juntos.
A mi marido le dije que a esta calidad de vida no la quería más. Quería vivir feliz y si me tenía que morir, me moría”, relató sobre la decisión de dejar de tomar un medicamento que la ponía muy mal de carácter.
La autora del libro presentó su publicación en el auditorio del Centro Cultural Leonardo Favio, en el marco de una actividad por la semana de la prevención del cáncer de mamas organizada por la empresa Roentgen.
Los límites de la ciencia
En su mensaje, Marina Borenzstein sostiene que “el sistema de la medicina no alcanza” para abordar problemáticas como la de un cáncer. Entiende que el médico le va a dar unas herramientas al paciente, pero que cada uno tiene que salir a buscar otras. “Para la gente es mucho más simple tomarse una pastilla que ponerse a meditar 20 minutos. Cuando conocí la meditación, eso es posta.Conectarse con uno mismo, bajar los decibeles, es mejor que cualquier remedio”, agregó.
Oriente y Occidente
Entiende que lentamente distintos sectores comienzan a darse cuenta que hay dos mundos que se tienen que fusionar. “Oriente lo tiene totalmente incorporado. La gente naturalmente está acostumbrada a meditar. En Occidente la gente no tiene el hábito. Hay hospitales en España Estados Unidos que están incorporando técnicas como reiki, meditación, yoga, masajes, cosas que están científicamente comprobado que ayudan en el tratamiento”.
Dice que se trata de ayudar a que la ciencia brinde mejores resultados. “Es fundamental que la medicina haga un puente con la espiritualidad, sino la gente no se va a sanar. Se va a curar por un rato, nada más”.
Camino propio
Con una agenda apretada de presentaciones en todo el país, la autora dice que quiere llevar su experiencia a otros países y confesó que se sintió muy sola en la búsqueda de entender la ciencia y encontrar el camino de la meditación como respuesta.
“Me sentí muy sola y desamparada. Toda esta búsqueda la hice por mi cuenta, leyendo un poco de cada libro, personas que fueron llegando a mi vida, médicos. Armé un camino propio, largo y tedioso, y que ahora le está sirviendo a otros.
Dijo también: “Nunca me pregunté por qué a mi. Siempre pensé para qué a mi. Decía que esta enfermedad venía a decirme algo. Trataba de entender por qué mi cuerpo llegó a esto. No lo viví como un castigo”.
Fotos: VillaMaríaVivo.com y Facebook Roentgen.