[OPINIÓN] El extribuno de Cuentas, José Naselli, marcó en cinco puntos los asuntos de los que “no se habla” en la administración municipal, y que considera no son resueltos por el intendente Martín Gill.
Apuntó principalmente a situaciones que vienen de la anterior gestión, a cargo de Eduardo Accastello, y mencionó también a actuales funcionarios y concejales como parte de un entramado que, sostiene, van en sentido contrario a la transparencia y la honestidad.
Este es el texto que Naselli tituló “En boca cerrada no entran moscas. De eso no se habla”:
Cumpliendo el protocolo
Cuando el Dr. Martín Gill habló en la sesión de apertura del 3º periodo legislativo del Concejo Deliberante, vertió anuncios interesantes e importantes. Pero lo que más me llamó la atención no fue lo que dijo, sino más bien lo que no dijo.
El “enjuague” del estacionamiento medido
Los ingentes ingresos por el estacionamiento medido y tarifado, (servicio público), fueron concedidos a los actuales prestadores. mediante un contrato de cesión en el cual se falsificó burdamente la firma del cedente. El entonces intendente Accastello utilizó ese instrumento apócrifo para dar visos de legalidad a la cesión.
El entonces Secretario de Gobierno, y actual Jefe de Gabinete (Dr. Héctor Muñoz) y el entonces Secretario Legal y Técnico del Municipio (hoy Concejal) abogado Mauro Beltrami, fueron los receptores administrativos del documento adulterado.
El manto de silencio que sobre este punto guardaron siempre estos funcionarios, sigue extendido sin pliegues ni arrugas por la actual administración municipal, que no ha mostrado ni un mínimo interés por enmendar la plana.
Sólo cabe preguntarse: Conocida la existencia de un falsario: ¿Por qué razón ni Accastello, ni Muñoz ni Beltrami promovieron una investigación para averiguar quiénes fueron los delincuentes y corruptos que “forzaron” la cesión, y llevarlos a la Justicia?
¿Cómo fue posible que los entonces secretarios Navarro Alegre y De Falco refrendaran y legalizaran una desproporcionada prórroga de la cesión, cuando ni ellos ni el mismo Accastello podían ignorar que el contrato originario era un panfleto corrupto?
¿Cuál es la razón por la que la actual administración ni siquiera intentó retocar esta concesión de origen evidentemente fraudulento? ¿Hay quizás algún “beneficiario” oculto, que participa de esos ingresos?
Los juicios de la valija
El erario municipal está devolviendo a las empresas que ganaron los juicios llamados “de la valija”, las millonarias contribuciones mal cobradas. Cuando se cobraron, un sustancial porcentaje fue percibido por los abogados que pergeñaron y diseñaron el sistema.
Si la justicia determinó que el tributo era ilegal, ergo, el porcentaje percibido por los abogados también se tornaría ilegal. Ello podría derivar en un enriquecimiento sin causa. Por ello, tendría que estudiarse seriamente si corresponde (o no) exigir que los abogados beneficiarios devuelvan ese porcentaje.
De esa manera se aliviaría la carga millonaria que ahora deben soportar los vecinos, aunque los montos de la deuda sean celosamente ocultados. No tengo noticias de que a la actual administración municipal le preocupe ese asunto.
Quizás resulta más cómodo y menos traumático que los desprevenidos vecinos repongan de su bolsillo el total del dinero, que otros usufructuaron, sin que hubiera justa causa jurídica para ello.
Pero ¡Cuidado! No vaya a ser que la justicia legítima de Villa María, algún día, despierte de su letargo, y a algún magistrado con los atributos “bien puestos”, se le ocurra investigar a algún funcionario por incumplimiento de sus deberes.
El mantenimiento del aeropuerto fantasma
Todavía estoy esperando ver cruzar por los aires de la Villa el avión de 70 u 80 plazas que (me contaron) llevaría pasajeros locales a la Capital del país.
A pesar de que todos los días busco en los prometidos datos abiertos noticias sobre lo que nos cuesta a los contribuyentes el mantenimiento de esa ficción denominada Aeropuerto Kirchner, no encuentro ni una mísera cifra al respecto.
La re-municipalización del servicio de provisión de agua
Otro tema “tabú”, que ya se está convirtiendo en un verdadero “papelón administrativo”. Habría que avisarle al Sr. Secretario de Gobierno Profesor Rafael Sachetto, que ya no están más en el Tribunal de Cuentas los molestos y fastidiosos Tribunos Naselli y Maristany, a quienes Sachetto apostrofaba públicamente porque vivían poniendo “palos en la rueda” a la gestión municipal.
Ahora que ya no están esos mortificantes ex Tribunos: ¿A quiénes les podemos echar la culpa de esta increíble demostración de insolvencia administrativa que este meneado asunto está sacando a la luz?
La auditoria al Eninder
Hace dos años el Dr. Gill prometió públicamente una auditoría. Pasaron los meses y jamás dio un solo paso para concretarla. Luego apareció la excusa del “costo” de tal auditoría. Más adelante se le agregó otra escapatoria: Que la intervención judicial sobre la documentación existente hacía imposible una constatación de lo actuado por el anterior Presidente del Ente.
Ello, unido a la exasperante lentitud de la “Justicia Legítima De Villa María” para investigar las diversas denuncias al respecto, es una demostración de que el silencio del gobernante ya no puede atemperar un profundo grito de desaliento y decepción.
Aferrados a una esperanza
Podríamos seguir enumerando muchos otros “silencios” que agobian a quienes todavía creemos que la “transparencia” y la “honestidad” en la función pública no es sólo una frase de circunstancias.
Sin embargo, sólo la comunidad de Villa María, mediante el ejercicio del voto, tiene la posibilidad de lograr que, en un futuro no tan lejano, esas palabrejas dejen de ser sólo expresiones vacías de significado, y se conviertan en representativas de una verdadera realidad.
José Naselli, extribuno de Cuentas, vecino.