- María Esther “Pelusa” Ponce, campeona del mundo en fútbol femenino en 1971, comparte su experiencia en Villa María.
- Desde los inicios desafiantes hasta el reconocimiento actual, Pelusa destaca el crecimiento del fútbol femenino en Argentina y ofrece consejos a las nuevas generaciones.
- Su legado perdura como defensora férrea y referente en la cancha.
En una emotiva presentación en Villa María, María Esther “Pelusa” Ponce, campeona del mundo en fútbol femenino con la selección argentina en México en 1971, compartió su experiencia y el emocionante camino que marcó el inicio del fútbol femenino representado fuera de Argentina.
La exjugadora de fútbol tiene 79 años, nació en la provincia de Santa Fe y vive en Río Ceballos. Llegó a Villa María para acompañar la presentación del programa “Mujeres a la Cancha”.
Aventura y desafío
Hace muchos años, un grupo de mujeres se aventuró a desafiar las expectativas y a escribir el comienzo de una historia que, hasta entonces, estaba en silencio.
En sus declaraciones a Villa María VIVO, Pelusa Ponce rememoró cómo el fútbol femenino fue ignorado durante muchos años en su propia patria.
Las mujeres que jugaban al fútbol eran consideradas un grupo de aficionadas que lo hacían por diversión.
Sin embargo, con el tiempo, demostraron su destreza y habilidades en el campo, forjando un camino que llevaría al reconocimiento del fútbol femenino en Argentina.
Un largo camino hacia la oficialización
La reconocida campeona destacó que no fue sino hasta 1991 que el fútbol femenino fue oficializado en Argentina.
Este hito marcó un cambio significativo en la percepción de las mujeres como deportistas y abrió las puertas para que las generaciones futuras pudieran disfrutar y desarrollarse en este apasionante deporte.
Consejos para las nuevas generaciones
Pelusa Ponce, con la sabiduría acumulada a lo largo de su carrera, ofreció consejos a las jóvenes que sueñan con iniciar su camino en el fútbol.
Les instó a aprovechar todas las oportunidades disponibles, recordándoles que el fútbol femenino ha evolucionado y ahora cuenta con estructuras más sólidas, brindando a las jugadoras lugares para jugar, entrenadores que las guíen y el respaldo necesario para seguir adelante.
La fuerza en la defensa y el legado de “Pelusa”
Recordando sus días como jugadora, Pelusa Ponce reveló que se desempeñaba como defensa, destacando por su fortaleza y aguerrido juego.
En una época en la que los números en las camisetas no eran una norma, ella se consideraba una dos o una cuatro, adaptándose según la necesidad del equipo.
Su habilidad para no dejar pasar a nadie en la cancha la convirtió en una referente, dejando un legado que sigue inspirando a las jugadoras actuales.