Voluntarias sin Fronteras es un grupo de mujeres que está trabajando para lograr techar la capilla del beato Ceferino Namuncurá, ubicada en el barrio Ctalamochita de Villa Nueva. Se encuentra construida la estructura de la iglesia, pero falta el techo, aberturas y complementos.
Para lograr completar la obra, necesitan recaudar alrededor de 540 mil pesos. Con ese objetivo, han implementado un mecanismo de donación directa, que consiste en una lámina con 250 cuadrados cada uno, los que equivalen a un m2. Cada porción representa la suma de 2 mil pesos. Para donarlo, deben acercarse a la empresa Todo Pino y ahí adquirir la cantidad de cuadrados que deseen, tras lo cual se entrega factura y copia al adquiriente y a la comisión.
Por otra parte, el 10 de noviembre se efectuará una cena show en el salón Eureka de calle Libertad. El plato principal será una vaquillona que fue donada. Habrá música folclórica por ser el día de la tradición y la tarjeta tiene un costo de $550. No faltarán regalos y se están buscando otros para sortear en esa jornada.
La obra
El proyecto comenzó en el 2007, y está ubicado en los Nogales y Los Quebrachos de barrio Ctalamochita, en un terreno donado por Jorge Valinotto. La salita existente fue construida con la colaboración de particulares y empresas, y se usa para ayuda social.
En el lugar se está armando una biblioteca con la ayuda de un matrimonio que los martes por la tarde da apoyo escolar. Hay un ropero comunitario, y se otorga leche u otros elementos que se acondicionan y se brindan a quien lo necesite, sea del barrio o no.
Desde marzo del año próximo se dará catecismo en esa capilla. Habrá medicina preventiva con médicos que trabajarán para dar charlas sobre el tema, y se está buscando enfermeras. . Los segundos domingos de cada mes se realiza la Santa Misa a las 18:30 horas. A partir del año que vine, si logran completar la capilla, se hará todas las semanas.
Desde la comisión afirman que hay muchos proyectos, varios de ellos ya encaminados. También se colabora con una pequeña escuela a la que asisten niños de barrios carenciados villanovenses. Dos panaderías donan, dos veces por semana, pan y bizcochos para complementar lo que reciben del Paicor.