La cárcel por sí sola no ayuda a recuperar para la sociedad personas que caen en el delito como forma de vida.
La falta de oportunidades es muchas veces un detonante para que jóvenes y adultos se inclinen por actividades ilegales.
En Villa María, más de 120 personas recibieron en los últimos tres años asistencia estando en la cárcel, a poco de cumplir sus condenas.
De ese total, solamente dos volvieron a incidir en el delito. Los casos se dieron en los últimos meses, y desde el municipio lo relacionan en parte con el recrudecimiento de la situación socioeconómica.
El objetivo es acercar oportunidades laborales, de estudio y de contención que muchas personas no han tenido y encontraron en el delito su única opción para sobrevivir.
¿Qué se hace?
La Municipalidad de Villa María lleva adelante un programa para la contención, reubicación y reinserción social de los internos cercelarios.
Micaela Quaino es quien está a cargo del programa. Su experiencia en el trabajo con personas privadas de la libertad viene a través de la Pastoral Carcelaria que encabezaba el sacerdote José Miguel Marengo.
Este programa depende de la Secretaría de Inclusión Social y Familiar, a cargo de Claudia Arias.
Explicaron que se delimitaron varias etapas. La primera es trabajar dentro de la cárcel con la población en general, apoyándose en distintos programas de la gestión municipal.
No se destinan fondos específicos, sino que se coordina enlazando con programas que ya están vigentes en el organigrama municipal y se los acerca a los internos.
Todos los programas
Con el Instituto de Vivienda, por ejemplo, trabajan la capacitación para la colocación del adoquinado (fotos).
VER: Cuadrilla de presos podría seguir colocando adoquines en más calles
La Oficina de Empleo capacita en elaboración de currículums, cómo presentarse ante una propuesta laboral, y se van recabando datos para una base que sirve para analizar posibilidades de trabajo al momento de recuperar la libertad.
Otros temas que se trabajan son la prevención de adicciones y violencia de género, en este caso junto al Polo de Mujer.
El área de Cultura llevó varios programas, como Ser Arte y Parte, y llegaron a producir la filmación de un cortometraje.
También se brinda el apoyo a bandas de música de internos, y en un momento se los conectó con músicos del afuera, y pudieron mostrar lo que hacen.
También se apuntó la feria interbarrial, con productos elaborados por mujeres de este y otros establecimientos penitenciarios.
Una de las actividades laborales de la que pueden verse frutos es la colocación de adoquines en las calles que rodean al establecimiento penitenciario de barrio Belgrano.
Decisión política
“Hay una decisión política del municipio de llevarlo a cabo, y se cuenta con la apertura del establecimiento penitenciario para poder implementarlo. Todo lleva su tiempo”, explicó Claudia Arias, secretaria de Inclusión Social y Familia de la Municipalidad de Villa María.
Detalló que se bosquejan los proyectos, se presentan al Servicio Penitenciario para su aprobación, y la dirección de la cárcel determina cuales son los internos que pueden participar de cada programa.
Se trabaja con gente que está a poco de salir o que ya salió en libertad tras cumplir su condena.
Apoyo a la familia
Un dato importante es la apoyatura a la familia que espera la salida del interno.
Se trabaja en bajar ansiedades para ir preparando su salida de la cárcel y regreso al hogar.
“Hay una readaptación que debe hablarse. La persona en situación de encierro vive esa soledad y está acostumbrado a cosas de la cárcel”, agregaron.
Agregaron que “no es fácil para la familia volver a recibir a una persona que estuvo varios años preso. Los movimientos y el ritmo de la casa cambiaron, y se pueden haber desacostumbrado a tener esa persona en la casa”.
La búsqueda laboral
A la hora de salir en libertad, una persona que busca trabajo, la primera barrera que encuentra es lograr el certificado de buena conducta que le piden en cualquier trabajo. “Se paralizan y no son capaces ni de ir a buscarlo”, explicó Micaela Quaino.
“Ellos tienen mucho miedo. El acompañamiento es muy importante. Algunos vienen semanalmente a traer certificados de que están estudiando, o cuentan que tuvieron una entrevista de trabajo. La falta de un ingreso es algo muy fuerte”, señaló.
El seguimiento
La titular del programa explicó que cuentan con distintos instrumentos para apoyar a los expresidiarios en el tiempo.
“Vemos si hacen los tratamientos, llegamos hasta su casa, hablamos con la familias y los conocidos. Si falta a alguna entrevista, control o taller, para nosotros es como que salta una alarma y vamos a ver qué le pasó”, detalló.
En números
El primer semestre de 2018 son 60 personas bajo este programa.
El 58% se pudo reinsertar en el sistema laboral en distintas modalidades, tanto formal como informal y a través de emprendimientos. También se da apoyatura a quienes tienen un oficio para que pueden llevarlo adelante.
Hay un 30% que recibe ayuda de módulos alimentarios.
Desde que se implementó el programa, a finales de 2015, son unas 120 personas las asistidas.
Solamente se produjeron dos reincidencias, el último año, coincidiendo con el agravamiento de la situación social y económica en general.
Patronato del Liberado
Otro organismo que tabaja con los internos es el Patronato del Liberado, que depende de la Provincia y realiza visitas semanales. Se dedican a controlar el cumplimiento de las prisiones domiciliarias y libertad condicional. Hay una relación permanente entre ambos programas.
Fotos: www.VillaMariaVIVO.com.