Sergio Montagner y la apuesta de Cormetal: facilitar a sus clientes ser más competitivos

La empresa metalúrgica de Villa María cumplió 47 años. Está en un proceso de lograr mayor eficiencia fabril y comercial para intensificar su protagonismo en el mercado.

Los comienzos de Cormetal fueron con entusiasmo, pero también con desafíos y los signos de preguntas de todo proyecto nuevo. Hubo ciclos de crecimiento y otros que fueron de sostenimiento, repensar, resistir y volver a crecer.

“Cuando hoy escucho decir que el mérito, el esfuerzo y ponerse objetivos no sirve, me acuerdo de esos comienzos. El objetivo era claro: trabajar, trabajar y trabajar. Se vivía por y para el objetivo, que era la empresa”, recuerda hoy Sergio Montagner, a 47 años de aquel impulso fundacional.

La empresa nació en Villa María en el año 1976, en una época en la que el país se encontraba convulsionado políticamente, con el antecedente de una hiperinflación, escasez de bienes y la irrupción de la dictadura.

Aún en ese contexto desfavorable para pensar a futuro, se empezó a caminar. Todo lleva tiempo y esfuerzo. A los dos años de trabajo se pudo comprar el terreno y empezar a levantar el galpón en el que todavía opera la empresa, en la esquina de avenidas Perón y Mercedarios, a la altura del kilómetro 556 de la vieja ruta nacional 9.

Nacer, crecer y vencer dificultades

La actividad principal es la comercialización de materiales siderúrgicos, como chapas laminadas en frío y caliente, galvanizadas, perfiles, hierros para la construcción, entre otros. A esto sumaron luego la fabricación de acoplados y semirremolques, siendo líderes en Córdoba en estos rubros.

Los fundadores fueron Aldo Montagner, que venía de la experiencia de la empresa Plegamet, y su cuñado, Roberto López. Luego se incorporó a la empresa Sergio Montagner, y siguieron sus hermanos y primos. Actualmente también están trabajando sus hijos.

Ya en la década de 1980 la firma comienza a gozar de una etapa de crecimiento y expansión como así también reconocimiento en el mercado.

Desde 1983 en adelante es cuando comienza a darse un crecimiento, se empieza a hacer conocida la firma. Empieza a haber una cantidad de trabajo importante por el vínculo con la fábrica de tractores Zanello, de Las Varillas, y de allí surgieron importantes inversiones y crecimiento en volumen. Hasta que se produce el proceso inflacionario de 1989 y todo parece volver a desvanecerse.

En esa época Cormetal tenía 25 empleados. “Fueron años difíciles. Yo me incorporé en 1988, y hasta 1993, entre la hiperinflación y la convertibilidad, no fueron años fáciles para este sector”, recuerda Sergio.

La empresa primero

Recién en 1995 pudieron volver a tener una etapa de evolución importante, que de esa manera les permitió atravesar la crisis de 2001 cumpliendo todos los compromisos, “aunque se fueron muchos años de esfuerzo y capital de trabajo. Tuvimos que empezar de casi cero”, comentó Montagner.

“Somos una empresa a la que le ayuda mucho si a la actividad agropecuaria le va bien. Somos muy dependientes de ese sector”, agrega como dato.

Sobre cómo es que la empresa se sostuvo y pudo crecer en medio de vaivenes, Sergio Montagner lo ilustra de esta manera:

“Desde que comenzó con Cormetal hasta que falleció, mi padre vivió siempre en la misma casa. Nosotros tenemos todo acá adentro y en otros emprendimientos que también dan trabajo, y que tratamos de hacer que se ayuden entre uno y otro”.

Presente y futuro

En la entrevista con Villa María VIVO, Sergio Montagner reveló desde su escritorio la esencia del funcionamiento de la empresa y su visión sobre lo que deberá pasar a futuro, incluso pensando cuando ya no esté.

-Los conceptos de innovación y calidad que se pregonan junto a la definición de la empresa ¿estuvieron presentes desde el inicio?

-Siempre pensamos en calidad en todo el sentido de la palabra, pensando en el cliente, en dejarlo lo más satisfecho posible en cuanto a nuestro servicio y al producto que entregamos. Nuestra premisa es la mejora continua, es hacer cada cosa un poco mejor cada día y superarnos. Hemos hecho cosas innovadoras, como el desarrollo de un chasis tubular que generó una patente en Estados Unidos, que después no lo pudimos materializar como negocio, porque nos agarró toda la crisis de 2001 y lo dejamos archivado. Después el mercado traccionó hacia otro lado. Pero fue muy innovador.

-¿Cómo está hoy Cormetal en el concierto nacional de empresas?

-A nivel nacional estamos dentro de los 10 fabricantes más grandes de acoplados. En Córdoba somos la industria más grande en ese rubro. En materiales tenemos un protagonismo regional y provincial, y estamos haciendo un diagnóstico en esto para ver si cumplimos con las expectativas que tenemos nosotros y que tienen nuestros clientes para la mejora continua.

-¿Y cómo les va con eso?

-Estamos en una reconversión. Están ingresando las terceras generaciones de la familia y todo nos lleva a una mirada hacia adelante sobre en qué lugar estamos y dónde queremos estar. Saber qué empresa están viendo ellos de acá a 10 años. No me quiero poner tiempos, pero por el paso natural de la vida estoy más cerca del final que del comienzo de mi carrera.

-¿Cómo se conduce una empresa como Cormetal?

-Hoy en Cormetal trabajamos 250 personas. Es esencial para ello el trabajo en equipo, la cohesión de los grupos, trabajar en un buen clima laboral; siendo estas premisas las que trabajamos permanentemente. Es muy importante reconocer el valor de la comunicación para poder conducir, trabajar en la calidad de la información y buenos equipos. Es imprescindible contar con un equipo que nos acompañe. No se alcanza con cuatro o cinco voluntades para que podamos tener un buen futuro. La empresa no es algo estático, es algo vivo, dinámico, orgánico y requiere por tal un aprendizaje y adaptación continuo. Además, hay factores que no manejamos, como el cambio de tendencias, contexto y productos. Si bien el acero es un producto muy noble y, en líneas generales, se va a seguir demandando acero y cada vez con mayor protagonismo..

-De todos modos, se busca diversificar las propuestas.

-Hace poco introducimos una unidad de negocios que es el Steel Frame (con la creación del Grupo Innova). En la construcción, en nuestro país, es algo bastante novedoso. Si bien se usa mucho afuera, acá estaba solo en las grandes ciudades la oferta. No va a reemplazar completamente a la construcción tradicional, pero para ciertos proyectos y personas, será una alternativa. Vimos cómo fue mutando la actividad y creo que entramos a tiempo. Estamos tratando de consolidarnos. Es una arista más del grupo Cormetal.

-¿Qué importancia le dan a la formación de las personas que trabajan en la empresa?

-Siempre pensamos en procesos de capacitación constantes para nuestro personal y fomentamos que la gente pudiera terminar el secundario, porque casi el 50 por ciento de los operarios no lo había finalizado. Para la comunidad en general, particularmente este año se hicieron tres cursos, entre ellos el de soldadura para mujeres, con la idea de romper el paradigma de que las mujeres no pueden estar en la actividad metalúrgica. Es todo lo contrario. En la medida que se pueda, va a ser bueno. Les dije a ellas que Cormetal viene del sueño de un hombre que empezó con una máquina de soldar. Ojalá que esto sea el puntapié para que alguna o todas se puedan iniciar trabajando en un emprendimiento propio o en una empresa. Es una herramienta para salir adelante.

-Pensando para adelante, si tuviera que dejar hoy la empresa, ¿qué deberían hacer los que le sigan?

-Recuperar el protagonismo regional. El resto del mercado tampoco se queda quieto. Por eso hay que intensificar ese protagonismo, ser más proactivos. Estar más cerca del cliente. Ver cómo facilitarle la tarea a nuestros clientes para que ellos sigan siendo competitivos en el mercado. Es facilitarles el negocio.

-¿Esto significa también revisar hacia adentro de la empresa?

-Totalmente. Revisar qué hacemos y qué no estamos haciendo y debemos hacer para entender qué queremos en unos años. Hay cosas que no pueden ser inmediatas. Nuestro primer galpón se hizo en este lugar en 1977. De acá a un tiempo prudencial deberíamos estar pensando en una propuesta edilicia distinta, por muchas circunstancias. La ciudad crece y nuestra logística de gran porte se dificulta. Hay que buscar un lugar con mayor espacio y comodidades. Nuestra logística principal es hacia afuera de la ciudad. Necesitamos un lugar de fácil acceso.

Eficiencia en lo fabril y lo comercial

Sergio Montagner sostiene que la búsqueda de la eficiencia es clave para poder seguir compitiendo: “Sino, el mercado nos va a dejar afuera. Buscamos que la gente trabaje de la mejor manera. Eso no significa más horas, sino que el proceso sea más eficiente”.

“En lo comercial -agrega-, también ser lo más eficientes posible en la atención con el cliente. Estamos en camino a eso. Los vaivenes a veces nos llevan tiempos importantes para solucionar los problemas del día a día”.

En ese sentido señaló que este 2023 es un año particular por las elecciones y el clima de incertidumbre que generan en el país. Y el otro problema es la sequía, porque afecta duramente a toda la región.

“La economía argentina no viene de parabienes, y no por el último año. Hay un combo de cosas que a las empresas las pusieron contra las cuerdas”, advirtió.

“Somos una Pyme. No somos dominantes del mercado, pero sí un referente. Es una situación compleja. Tenemos un año por delante muy difícil”, concluyó.

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