Por Mariana Manzanelli
Vivimos otro enero donde la lechería argentina renueva viejos ciclos conocidos, y que a falta de reglas claras en la actividad, a quienes les vendemos nuestra producción, reiteran las mismas conductas de siempre, sin haber aprendido de lo pasado, no innovando en nada, lo que generará no tengamos duda alguna, los mismos nefastos resultados de otros momentos.
Dice un viejo refrán que si queremos que algo cambie, debemos empezar por animamos a cambiar algo, sino nada cambiará, por ende los resultados serán los mismos.
Hay factores que como productores no desconocemos, los valores en baja en los últimos meses de los comodities en el mercado externo, pero también hay una realidad en los costos de la producción que nadie puede discutir.
Por lo tanto apelar a la misma receta de siempre de bajar el precio del 100% de la leche a los productores, cuando solo se ve afectado lo que se exporta que ronda el 20% del total que se produce, sin apelar a tocar ningún otro ítem, o escarbar en la imaginación para encontrar otras soluciones que no sea la simplista de siempre, sacarle al más débil de la cadena, me parece un gran despropósito o solo mucha avaricia especulativa.
No tengo dudas que las Cámaras de la Industria, las Entidades de Productores, el Gobierno Nacional y los Gobiernos Provinciales, no son necios y saben que esto vuelve a ocurrir, porque nunca se avanzó en la aplicación de las herramientas que innumerables veces escuché y leí que proponen para ordenar la actividad. Que no tengo dudas evitarían estas distorsiones cíclicas en las cuales son unos pocos los que salen ganando (los de mayor poder) y muchos más los que pierden (siempre los más débiles de la cadena), o alguien tiene dudas que estos son el que produce la materia prima y el que consume el producto elaborado.
Como productora de leche, conociendo los avatares vividos por mi abuelo y mi padre, viendo que nada ha cambiado desde que tengo memoria, y todo se repite para mal como digo al principio, me permito invitar a un acto de humildad de todos, que piensen por sobre todo en lo que representa la actividad lechera para nuestros pueblos del interior, para toda la comunidad, empezando por el Gobierno Nacional, que es quien creo debe y tiene la obligación de convocar de manera urgente a las organizaciones que conforman la cadena láctea argentina, porque quien tiene dudas que el único camino es encontrar ese ordenamiento tan declamado por todos desde hace años, solo posible a través del diálogo entre todas las partes involucradas.
Este es mi humilde aporte ante esta realidad que hoy nos pega en tan importante actividad, donde cada sector debe asumir la responsabilidad que le compete, encontrando los consensos y alternativas en bien de la mayoría, que no solo sirva para la avaricia desmedida de unos pocos.
Mariana Manzanelli
DNI 31.157.358
Socia de Caprolec
Córdoba, 31-01-2015