Llegaron al cannabis medicinal desesperados y les cambió al vida
Sandra es de Arroyo Cabral, tiene dos integrantes de su familia con problemas de salud y llegó al cannabis medicinal porque no veía buenos resultados en los tratamientos convencionales que realizaban su mamá de 77 años y su hijo de 25.
Historias de dolor y alivio
Su mamá Ana María fue operada por un tumor cerebral hace 8 años y le quedó como consecuencia una neuralgia “uno de los dolores más fuertes que puede tener una persona”, indica Sandra que luego de consultar a médicos en el extranjero e importar medicamentos, la desesperación la acercó a la Clínica del Cannabis en Córdoba. Allí el estilo de vida de Ana “cambio en un 80%” tomando cuatro gotas tres veces al día.
Además, su hijo tiene trastorno obsesivo compulsivo agravado por lo que estuvo dos veces internado en clínicas neuropsiquiatrías. Un día el joven decidió no tomar más la medicina que le recetaba su médico porque “no se sentía bien”, Sandra notaba el deterioro por los efectos secundarios de la medicación, la cual hasta a ella le “hacía mal” tener que dársela.
Desde febrero, cuando consultaron por primera vez sobre el aceite de cannabis, Sandra dice que volvió a tener el hijo que tenía antes de sufrir los episodios de TOC. La marihuana medicinal equilibra la dopamina que su organismo emitía en cantidad.
“El cannabis no cura, detiene el dolor”
En poco tiempo, la familia dejó atrás muchos prejuicios para informarse sobre una medicina que desconocían pero que les cambió la vida. En la Clínica conocieron a muchos pacientes que diariamente llegan a ella con diferentes patologías, allí reciben la explicación del aceite a través de los médicos que se lo recetan. “Lo que hace el cannabis es establecer la conexión de neurotransmisores con cuestiones desequilibradas del organismo gracias a la anandamida, sustancia encontrada en la estructura molecular de la marihuana y que también el cuerpo del ser humano emite”.
Otra de las cosas que aclaran cuando comienza el tratamiento en la clínica donde los médicos tienen un perfil naturista, es que el cannabis no cura, pero armoniza y detiene lo que el cuerpo tenga.
Luego de tantos años de buscar alivio al dolor de su mamá y su hijo, Sandra está tranquila y comenzó a consumir también el aceite de cannabis por problemas en su hombro, “no tiene efecto secundario, no produce adicción, es una herramienta más” indica, aunque aclara que aún tiene prejuicios “terribles”.
El uso del cannabis en el Congreso de la Nación
En marzo del 2017, el Congreso de la Nación aprobó la ley que permite el uso del cannabis o marihuana medicinal. La promulgación fue parte de la larga lucha que familiares como Sandra atraviesan durante mucho tiempo. “Nosotros somos los responsables de que esto funcione, la gente lo necesita y hay mucha desesperación” señala, a pocas horas de regresar de la Clínica y ver a miles de pacientes que llegan con temor, pero con mucho dolor a buscar alivio.