Como cada día Valeria Pico transita las calles de la ciudad para llevar o buscar a su hija a la escuela Rivadavia. Lo que sucedió en la tarde del miércoles 25, saturó la paciencia de esta transeúnte que lo único que pide es una solución.
En diálogo con Villa María Vivo! habló sobre el caos vehicular que se genera en la esquina de Tucumán y Mitre donde “jamás ponen un inspector para ordenar” y donde “circulan colectivos”.
En su relato contó que fueron con su marido a buscar a la niña. “Él estaciona en Tucumán antes de llagar Mitre, al salir, un camión pasa entre medio del auto que iba a la izquierda y nosotros. Nos empezó a rozar el guardabarros y la puerta trasera, mientras seguía su marcha”, dijo.
“Gracias a Dios llegamos a la esquina y pudimos maniobrar para abrirnos y que dejara de encerrarnos”, agregó.
Contó que el vehículo mayor siguió su marcha y su marido, con bocinazos de por medio, le pidió que frenara. Una cuadra después se detuvo.
“Yo embarazada de seis meses y con mi hija de 8 años en el auto estaba furiosa. Me bajé del auto y me acerque al camión a reclamarle que no puede circular por ahí con ese vehículo y que podría haber atropellado a un chico”, señaló Valeria. Además expresó que el chofer le contestó que no los vio y que “tenía seguro”.
Angustiada, llamó a la policía. Luego de un interrogatorio, le dijeron que mandarían un móvil pero ese móvil nunca apareció, según comentó.
“Que hay que hacer para que esto pare, que hacía el agente que está en la única esquina controlada que es Sobral y Tucumán, que deja circular un camión a esa hora donde salen miles de chicos. ¿Hasta cuándo vamos a tener que cortar clavos cada vez que llega el horario de entrada o salida del colegio?”.
Valeria aseguró que el camión estaba sin patente y que solo contaba con una del cocesionario. Y agregó: “Esa es parte de la odisea de quedarme sin el único auto que tengo para manejarme en las distancias que tengo entre mi casa, el trabajo, la escuela y un bebé en camino”.