La Unión Cívica Radical de Villa María emitió un comunicado de crítica hacia la nueva licencia solicitada por parte del intendente Martín Gill.
En el texto se sostiene que el mandato popular “ha sido ultrajado” por parte del funcionario, y se han generado consecuencias en la administración local.
“Ha dejado la ciudad librada a las internas de unos pocos, que ante la falta de mando se creen con permisos de hacer lo que quieren y han tomado al municipio como botín”, dice una parte del texto.
La UCR de Villa María se opuso siempre a todo tipo de licencia, desde el primer pedido elevado en diciembre de 2019.
El partido conducido por Marcelo Barotto volvió a expresarse en el mismo sentido con este texto.
El documento completo:
Quienes entienden a la política como una herramienta para el cambio de la realidad del conjunto, suelen sostener que el mayor activo que tienen los actores políticos es su palabra.
En el caso de ser elegidos para administrar la cosa pública, el cumplimiento del designio de la voluntad popular y lo propuesto en campaña, siempre dentro del marco de la LEY.
Consecuencia lógica de esto es que quien pone su futuro al escrutinio de la comunidad es para cumplir con lo que esta manda.
Y no para someterse a los intereses de un grupúsculo, que usan a la política para hacer negocios.
Hoy en Villa María se vive una situación donde ese mandato ha sido ultrajado.
Quien fue elegido para conducir el Poder Ejecutivo de la ciudad ha traicionado por completo esa voluntad popular.
“Intereses mezquinos”
En cumplimiento de los deseos personales, intereses mezquinos, del grupo de los pocos que lo rodean, ha dejado la ciudad a la buena de un regente -que ni siquiera estaba en línea de sucesión- que la ha sumido en un caos económico y una anarquía política.
Ha dejado la ciudad librada a las internas de unos pocos, que ante la falta de mando se creen con permisos de hacer lo que quieren y han tomado al municipio como botín.
Estamos siendo testigos de un desgobierno de proporciones astronómicas, y con un desenlace que todavía no es posible dimensionar.
Quien debía conducir, se preocupa más por pervertir la Carta Orgánica local, vivir en la gran ciudad del puerto y asegurar el futuro de los que lo rodean, que de dirigir el municipio para el que ha sido elegido y ordenar el caos que ha generado la acefalia, por culpa de su insidiosa partida.
Crítica aparte merece la interpretación que sus acólitos pretenden hacer de la Carta Orgánica Municipal.
No solo es totalmente contraria al espíritu de ésta, sino de clara violación a los principios de representatividad popular asentados en la Constitución Provincial y Nacional.
Es tan grave la trasgresión a la voluntad y a la palabra empeñada con el pueblo de Villa María, que será para otro momento y una vez que se consume el perjurio, pero estará en la comunidad discutir qué acciones a tomar.
A esta altura ya poco se puede esperar del Intendente en uso de licencia, es difícil que haya por parte de él un gesto de hidalguía.
Pero está en los ciudadanos en reclamar con la mayor de las fuerzas que se cumpla voluntad Popular.
No se puede permitir la naturalización de las acciones que violenten las normas y debiliten las instituciones de la República.
Se cumplieron 37 años de la recuperación de la Democracia, pero hay algunos que no aprendieron nada.
UCR Villa María.