Un cordobés en el traslado de dos elefantas de Mendoza a un santuario en Brasil

Se trata de Samuel López, de Laboulaye, que hace más de 20 años trabaja en el ecoparque de esa provincia.

Puntal Rio Cuarto

Las dos elefantas Pocha y Guillermina se encontraban en el zoológico de Mendoza y fueron trasladadas a un santuario en Brasil. Samuel López, de Laboulaye, participó del operativo.

 

Samuel López es un cordobés, oriundo de Laboulaye, que hace más de 20 años está radicado en Mendoza.

Justamente trabaja en el Ecoparque (ex zoológico) de la capital de esa provincia donde estuvieron alojadas las elefantas durante muchos años.

En diálogo con Puntal, Samuel contó que “Pocha es alemana, la trajeron muy chica, con 10 años, y de allí que estuvo en el zoológico de Mendoza, pasó toda su vida en cautiverio.

Guillermina también nació en cautiverio. En el caso del elefante Tami, venía de un circo muy reconocido, y lo dejaron en el zoológico porque era un animal indomable, había tenido problemas con varios cuidadores. Y a Kenia la trajeron muy chica desde África, y hoy tiene unos 40 años”.

Respecto al traslado a un santuario relató: Parte de nosotros se quedó ahí en el Mato Grosso.

mendoza.gov.ar

Es que Samuel cuidó de todos ellos durante muchos años mientras estuvieron en Mendoza. “Cuando yo llegué a trabajar al zoológico, Guillermina tenía solo tres años, era muy chiquita y todos la cuidábamos.

Tenía un cuidado intensivo al ser un recinto tan pequeño, había que tener mucha precaución que no se cayera porque había entrepisos. Si bien la mamá era grande, ella tenía que llegar a los entrepisos, se tuvieron que hacer bajadas nuevas.

Así que si bien una parte de nosotros se quedó en Brasil, a la vez estamos felices por el lugar donde fueron porque es un sueño y van a tener realmente una vida de elefantes.

Pocha es grande y vivirá como elefante lo que le queda de vida y Guillermina tiene toda una vida por delante porque recién tiene 23 años.

¿Cómo es el santuario al que fueron las dos elefantas?

El traslado se llevó a cabo el 13 de mayo y llevó varios días de viaje con 3.600 kilómetros.

Consultado sobre el santuario comentó: No hay palabras para describir el lugar, es soñado, hay que verlo para entender. Es realmente un santuario de elefantes.

Por suerte, yo las voy a volver a ver pronto porque tengo que participar en dos traslados más. Falta llevar a Brasil a Tami, que es el papá de Guillermina; y después tenemos que llevar a Kenya que es una elefanta africana.

Después hay otras dos elefantas más que están en Buenos Aires y también van a ser llevadas al santuario. Estos traslados serían entre este fin de año y el año que viene, van a ser en el corto plazo.

 

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