La expansión de la ciudad, el avance de la construcción y la llegada de infraestructura y servicios a distintos barrios no pudieron paliar una situación de pobreza y vulnerabilidad creciente en algunos barrios de Villa María, donde en los últimos años creció la necesidad de organizarse por parte de los vecinos para alimentar a los niños en merenderos o comedores.
La ciudad muestra un contraste entre los números que hablan de un movimiento anual de $ 25.000 millones, producto de distintas actividades comerciales, industriales y de servicio, y barrios en los que se deben hacer colectas para que los chicos coman algunos días a la semana.
“Lo que queríamos mostrar es cómo Villa María se transformó en todos los planos. Nos da un PBI muy alto para los niveles de desarrollo de Argentina”, declaró el intendente Accastello en el marco de una presentación del área de Economía sobre la actividad económica de la ciudad.
Allí se habló que para 2015 se proyecta que la gastronomía facturará $ 89 millones, que el consumo de energía eléctrica se triplicó en los últimos 5 años, que en 2011 se dieron de alta en la ciudad 4.837 autos, el año más alto de los últimos 8, entre otros items.
El contraste
Pocos días antes, el comedor Caritas Felices del barrio La Calera había organizado un festival solidario para costearse una obra de gas con un costo de $ 10.000. Es para la cocina en la que comen entre 60 y 80 chicos, tres veces por semana.
Desde el comedor dijeron que empezaron hace tres años con media docena de chicos y ahora llegaron a esa cifra. Sobre el contraste entre una situación y otra, VILLA MARIA VIVO le consultó a Accastello.
-¿Hay una franja de gente que quedó afuera de la transformación de la ciudad?
-La sociedad tiene cosas que resolver. Hay pobreza en Villa María como en todos lados. La diferencia es que hay una comunidad organizada que da respuestas. En La Calera hace cuatro años no tenían agua, cloacas, gas, dispensario, cordón cuneta, playón deportivo, centro de apoyo. Y ahora tienen todo eso. Lo que está claro es que todo lo que falta lo vamos logrando. Eliminamos la pobreza estructural y hay oportunidades. Falta mucho y celebro que Martín (Gill) le está dando un muy buen enfoque a lo que viene.
Organización política
En un momento de su respuesta, el intendente aludió a una organización política que trabajaba en ese comedor de La Calera.
Cuando dieron su conferencia de prensa por el festival solidario, las mujeres que sostienen el comedor mencionaron a La Cámpora como una organización política que se había acercado al barrio con el propósito de ayudar.
“Traían cosas, ponían cartelitos, se sacaban fotos y se iban. No se quedaban a ayudar a darle de comer a los chicos. Y querían ordenar quién podía entrar a colaborar y quien no”, recordaron las mujeres.
De su parte, rechazaron toda partidización de la tarea que realizan y dijeron sentir que los chicos eran usados para propaganda política.
“Como le dijimos que esto no era para hacer política, se llevaron las cosas y se fueron”, agregaron.
También recordaron que para un Día del Niño “vinieron a decir que querían festejarlo en el barrio. Llenaron de carteles y se sacaban fotos con los chicos”.
Prioridades
Los contrastes entre el centro y la periferia de toda ciudad que crece suelen mostrar las desigualdades que se generan. Villa María no es la excepción. Lo hecho hasta ahora indica dónde se colocaron las prioridades y lo que falta alerta sobre dónde deben ponerse a futuro.