Raúl tiene 63 años y pasó gran parte de su vida en la calle. En estos últimos días, la familia Osses le dio refugio y alojamiento en su casa, y está tratando de recuperarlo de su adicción al alcohol.
Paula contó, en una entrevista que le realizaron en C20, que lo conoció a través de Leo, una joven que se desempeña como moza en un bar y que pidió ayuda en las redes sociales para sacarlo de su situación de calle.
El hombre no está jubilado y se mostraba dispuesto a cambiar de vida, cansado ya de padecer hambre y frío, entre otras penurias.
En el relato que les proporcionó a quienes hoy le brindan asilo, se cuentan pasajes de una vida marginal; incluso vivió en los gabines de Las Playas (hoy recuperados), en donde sufrió mucha violencia y le robaron el poco dinero que tenía. Producto de estas agresiones, Raúl tiene una fractura en el hombro mal curada y perdió un ojo en un intento de robo, a causa de un golpe recibido.
Desde ese instante, decidió instalarse en la plaza frente a la Catedral. Paula narró que, la noche antes de llevarlo a su casa, fueron con su esposo y lo encontraron “en una condición inhumana, muy sucio, todo mojado, con el frío que hacía. Lo cargamos y lo trajimos a casa, lo hicimos bañar, le dimos ropa limpia. Está en proceso de desintoxicación, y con tos por todo el frío que ha pasado”.
Gracias al accionar de estos buenos vecinos, Raúl ahora está llevando una vida normal. “El propósito es lograr que deje su adicción al alcohol y obtener la vida que nunca tuvo”, expresó la mujer que lo rescató de la calle.
Fuente: Canal C20