Desde el inicio de la pandemia, maestras y maestros redoblaron sus esfuerzos y horarios para garantizar la enseñanza en los diferentes niveles.
Pero la pandemia no impactó de la misma manera en todas las escuelas donde se mostraron profundos niveles de desigualdad para asegurar la continuación del ciclo lectivo.
En la escuela Rosario Vera Peñaloza, docentes se pusieron la enseñanza al hombro y pensaron estrategias para permitir que la tarea diaria tenga mejores resultados. “El compromiso de los docentes se ha redoblado. Cuesta muchísimo mantener a los alumnos vinculados”, dijo su directora, Viviana Gigante.
Sin la posibilidad de realizar videollamadas y con la dificultad en el acceso a internet, crearon una app, donaron celulares, visitaron a las familias para asistirles con programas e hicieron múltiples instructivos.
“Se nos han incrementado los casos de alumnos desvinculados después de las vacaciones de julio. Pero estamos haciendo un rastreo, estamos llamando a las familias”, contó Gigante y demuestra el compromiso diario de estos maestros.
En el Rosario Vera Peñaloza, “la falta de desigualdad y de equidad es tan evidente, que nos cuesta mucho más”. Las maestras y maestros de la escuela trabajan en mantener el vínculo con el alumno y para eso piensan nuevas estrategias.
“Lo que se está notando que falta es un vínculo. El vínculo de mirarse cara a cara por qué no podemos hacer videollamadas como otras escuelas”, relató.
Una aplicación propia
Desde la escuela, realizaron al inicio de la pandemia, una campaña de donación de celulares para algunas familias. Luego, crearon una aplicación propia para subir las tareas y le sumaron un espacio para chatear.
“Está funcionando muy bien. A nosotros la aplicación nos ha ordenado mucho, nos permite el vínculo directo y diario con el alumno. Lo ha acercado a los chicos a usar el teléfono como una herramienta de aprendizaje”, explicó la directora.
Gigante aseguró que lo que queda es “la gran voluntad de los docentes” en pensar nuevas estrategias para mejorar la enseñanza en este contexto. “Estamos muy solos los docentes. Al principio visitamos a los papas, le instalábamos los programas. Se pudieron hacer muchas cosas”, agregó.