Muy atrás quedaron los años en los que Villa María era la meca del kirchnerismo en Córdoba, recibiendo beneficios en obras por encima del promedio de otras ciudades de la provincia. Y atrás parecer haber quedado también, de parte de la dirigencia local, la defensa de quienes conducían esas políticas y hacían de esta urbe casi una isla electoral para la expresión del Frente para la Victoria en la provincia.
La detención del villanovense Carlos Zannini, exsecretario Legal y Técnico de la Nación durante 12 años, y el pedido de desafuero de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, no merecieron ni una línea de defensa hacia ellos de parte de los dirigentes locales que los tenían como líderes apenas dos años atrás.
Ni si quiera hubo reprobación de lo actuado por el juez Claudio Bonadío, que unió en reclamos a diputados nacionales y distintas fuerzas políticas marchando a Plaza de Mayo.
Se trata del avance judicial que más cerca llegó hasta ahora del núcleo del kirchnerismo, tocando a las dos personas más influyentes después del fallecimiento de Néstor Kirchner. Otro integrante de ese círculo, Julio De Vido, se encuentra detenido.
Resulta llamativo que los espacios de los diarios locales, por ejemplo, donde se han dado debates extensos sobre el kirchnerismo, el antikircherismo, los modelos nacionales y populares versus los neoliberales, entre otros fuertes cruces entre dirigentes políticos y gremiales locales, no reflejaran este viernes opiniones o manifestaciones sobre lo sucedido.
Tampoco se manifestaron hasta ahora en las redes sociales los numerosos de dirigentes sindicales y partidarios que apuntalaron la dominación del kirchnerismo a nivel local tantos años.
Solamente algunos militantes, tal vez los que más genuinamente sienten que representan y son representados por el kirchnerismo, replicaron algún texto o declaración emitida desde Buenos Aires.
Por tomar un caso reciente, cuando despidieron a Víctor Hugo Morales del canal C5N hubo más expresiones de repudio que cuando detuvieron a Zannini y pidieron el desafuero de Cristina Fernández.
El contraste de este silencio con las manifestaciones altisonantes que se hacían hace apenas dos años es más que notorio.
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