El presidente del Concejo Deliberante a cargo del Ejecutivo municipal, Pablo Rosso, brinda este domingo 1 de marzo el mensaje que deja oficialmente abierto un nuevo período de sesiones ordinarias para el Concejo Deliberante de Villa María.
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Inicio complicado
Es la primera presentación ante el poder legislativo de quien solamente recibiera tres votos a favor, además del propio, para ocupar el cargo que actualmente desempeña.
El resto de los concejales, siete en total contando oficialismo y oposición, le restaron su apoyo y decidieron abstenerse al momento de votar por su designación como presidente del cuerpo.
VER ► Jornada ardiente en un Deliberante que ya votó: Rosso es el nuevo intendente a cargo
Pablo Rosso, concejal con licencia en su cargo de decano de la Universidad Tecnológica Nacional, ejerce la intendencia de Villa María en forma provisoria, en reemplazo de Martín Gill, quien se tomó licencia de ese cargo para asumir como secretario de Obras Públicas de la Nación.
Como muestra de su apoyo, Gill ingresó acompañando a Rosso al Concejo Deliberante.
Ya estamos en el Concejo Deliberante para hacer la #AperturadeSesiones. pic.twitter.com/9mi8UvIqlk
— Pablo Andrés Rosso (@DecanoRosso) March 1, 2020
Comunicado de la oposición
Los 5 concejales que integran el bloque de la oposición (Vamos Villa María), emitieron minutos antes de la apertura de sesiones, un comunicado en el que volvieron a cuestionar la falta de “institucionalidad” por parte del actual gobierno municipal, atribuyendo la situación a la “interna justicialista”.
Con este comunicado, adelantaron también que no asistirían a la apertura de sesiones.
Este es el texto completo del comunicado:
No recuerda nuestra ciudad un inicio de período ordinario legislativo como este. Mucho menos a escasos dos meses de iniciada una nueva gestión municipal.
Un intendente ausente, un presidente del Concejo Deliberante a cargo del ejecutivo elegido con apenas tres votos más el suyo, fruto de una interna feroz que privilegió la disputa partidaria por sobre la institucionalidad.
Hoy alguien dará un discurso sobre el rumbo de su gestión para la que no fue elegido.
¿Se puede legitimar ello con nuestra presencia? Claramente no.
Dimos contundentes argumentos cuando decidimos abstenernos de votar en la elección de autoridades del Cuerpo que integramos, respetamos las mayorías, y sus decisiones, pero no podemos ni debemos ser nosotros quienes debamos dirimir la interna justicialista.
Asistimos los días posteriores a la puesta en escena pública del oficialismo –en sus dos fracciones- y sus habituales satélites políticos, para tratar de correr la discusión de ese lugar, en el que ellos mismo se pusieron, pretendiendo trasladar la responsabilidad de lo ocurrido a la oposición.
Los únicos responsables de la debilidad institucional en la que se encuentra Villa María son el gobierno y el partido justicialista, el que está conduciendo los destinos de la ciudad desde hace más de veinte años.
Quizás ese tiempo es el que les ha hecho creer que a ellos todo les es permitido, que todo lo pueden, que todo les es legítimo, que son los dueños de la ciudad.
Las primeras declaraciones del nuevo Presidente del Concejo Deliberante al ponerse a cargo del ejecutivo municipal fueron un cumulo de sustantivos de la palabra consenso, pero en los hechos es lo único que sigue ausente.
No existe consenso si solo se lo busca entre los propios, justamente el consenso es fruto de las diferencias.
No existió por parte del concejal Rosso ni antes, ni durante, ni después de su elección, un llamado al dialogo con nuestro bloque que busque legitimar su designación, pero fundamentalmente que busque solucionar la falta de institucionalidad con la que nace su función a cargo del ejecutivo.
La primera comunicación pública del mismo fue una foto con los concejales que le dieron sus tres votos. ¿Es con acciones como esas con las que quiere gobernar esta ciudad mientras el intendente electo no está?
La institucionalidad no es solo un concepto normativo, es una construcción diaria. Y hoy está cada día más débil.
Estar a cargo del Departamento Ejecutivo es ser responsable del gobierno de la ciudad, y cuando se está frente a ello se gobierna para todos y con todos, aun en las diferencias. Estar a cargo no es ser el empleado del mes, es ser responsable del llamado al dialogo y la práctica del consenso.
El deterioro institucional en el que han hecho incurrir a nuestra ciudad es de exclusiva responsabilidad del oficialismo y su interna.
Esta oposición siempre estará dispuesta a ayudar a resolverlo, con la responsabilidad de nuestros cargos, y el respeto de la elección popular, pero mientras la prioridad sea la disputa interna por sobre los intereses de la ciudad no vamos a legitimar ninguna acción de gobierno.