A días del comienzo del juicio por homicidio culposo contra cinco médicos del Hospital Pasteur, la abuela de Lucrecia Ñañez habla desde el dolor. Comentó que tiene la esperanza de que les inhiban los títulos.
En 2017 la jovencita de tan solo 15 años acudió al nosocomio público local por una complicación en su embazado que desencadenó en su muerte.
A cinco años de su muerte y por la lucha incansable de su abuela, el próximo lunes 22 de agosto comienza el juicio.
Es por mala praxis e implica a cinco médicos, ginecólogos y obstetras, del Hospital Regional Pasteur.
María Rosa, abuela de Lucrecia, dialogó con Villa María VIVO y relató sus expectativas, recuerdos y el dolor que la acompaña para siempre.
“Lamentablemente es una condena excarcelable, así que la única esperanza que me queda es que les inhiban el título por diez años. Que se haga justicia”.
Consultada si en todos estos años alguno se acercó a manifestar su disculpa, explicó:
“Nunca se acercaron. Yo jamás los nombré, ni los molesté.
Es más, me pasó a mi de ir al Hospital y tener que retirarme porque todos los médicos que atendían estaban imputados”.
Y allí aclaró que “yo no culpo al Pasteur, ni al personal de la terapia que hicieron todo pero ya no se podía hacer más nada”.
Dolor de abuela: El recuerdo de Lucrecia
María Rosa recorrió las pasillos del Hospital, de tribunales, tocó puertas, caminó y marchó para pedir justicia.
Siempre presente, ella habla desde el dolor, porque aclaró que no tiene bronca ni enojo.
“Lucrecia fue una luz para mí. Dos años antes de su muerte, falleció su papá (mi hijo) y ella con 8 años se vino a vivir conmigo. Con el consentimiento de su mamá”.
Y allí decidió desterrar una vez más la hipótesis del aborto clandestino.
“Era muy alegre y estaba muy contenta con su embarazo.
Nunca pedí un aborto, que es lo que quisieron inventar para tapar sus errores”.
Recordó: “En el momento de su muerte, el fiscal René Bosio actuó inmediatamente. Fueron tres años de pericias y la autopsia dio que fue mala praxis.
Pero apelaron y ya incluso con la causa en la Cámara del Crimen pidieron otra pericia forense, que también dio mala praxis. Ahí fue cuando el fiscal Márquez se comprometió a que antes de fin de año saldría el juicio”.
Además, sumó que “Lucrecia se atendía por su embarazo en la clínica San Martín, fue al hospital ese día por una urgencia. Ella ya estaba haciendo reposo porque tenía un riesgo del 80 por ciento de perder el embarazo”.
Por último, comentó que lo que la salvó fue el acompañamiento del grupo Renacer. “Es para padres que perdieron sus hijos y yo ya había arrancado cuando murió Lucas (padre de Lucrecia)”.
María Rosa es un símbolo de lucha y del inconmensurable dolor que una persona puede padecer. Perdió a su hijo, su nieta y bisnieto en camino. Y aun así espera justicia, busca claridad, la luz que le dejó Lucrecia.