Cada 7 de noviembre se celebra en Argentina el Día del Canillita, aquella persona que todos los días reparte los diarios a sus clientes. Es por eso que este día no hay reparto de ejemplares.
Madrugadores e informados, con aquellas dos palabras podría definirse a la mayoría de quienes llevan a cabo aquella tarea que, con el correr de los años, como tantos oficios, fue modificándose.
Aldo Sogno, un vendedor de diarios de la ciudad desde hace 27 años dijo a Villa María VIVO! que son dos los factores que influyen en la disminución de las ventas, la economía y la tecnología, “la crisis económica es lo principal”, puso énfasis.
El vendedor de diarios del local de bulevar Sarmiento al 912 explicó: “Con sólo comprar El Diario de la ciudad los domingos, tenés 1.200 pesos al mes”, y lo señaló como un gasto importante para la economía familiar.
Todos los días comienza su rutina a las 6 de la mañana y sale a repartir los ejemplares a sus clientes, “los grandes canillitas de la ciudad reparten entre 200 y 300 diarios por día”, contó al decir que lo suyo es el maxi kiosco y con el anexo de la prensa gráfica.
Una mujer se puso el oficio al hombro
Edith Mercedes Forneris es oriunda de La Laguna y en 1980 tomó la posta de su suegro en el reparto de diarios y revistas, cuando “el Vasco” San Martín decidió dejar la actividad por achaques de salud propios de la edad.
“Al principio, mi hijo me dio una mano grande. Se ocupaba de llevarles a domicilio el pedido a los clientes fijos y, cuando terminaba de repartir, se paraba al mediodía en el restaurante de Javier y Nora (en la intersección de las rutas provinciales 4 y 6) para ofrecerles el diario a quienes se encontraban almorzando en ese lugar”, recuerda con nostalgia a La Voz.
“Cuando él se fue a la Capital a estudiar tuve que subirme yo misma a la bicicleta para seguir ganándome la vida con este trabajo que sigo haciendo con el mismo amor de siempre”, completa la evocación.
“Desde hace unos ocho años tengo a un muchacho joven que me ayuda con el reparto de los diarios y las revistas mientras yo me quedo en el quiosco de golosinas a charlar con los clientes y a compartir con ellos unos mates”, concluye la mujer.
¿Por qué se les dice canillitas?
En 1902 un periodista y dramaturgo llamado Florencio Sánchez estrenó su obra “Canillita” en Rosario. El nombre lo utilizó en referencia al término con el que se conoce usualmente a la parte delgada e inferior de las piernas, “canilla”, cuando vio a un vendendor de la ciudad.
Pero todo comenzó años antes, en 1868 los fundadores del diario porteño La República. Se les ocurrió vender los ejempalres a través de algún chico que se parara en esquinas estratégicas de la ciudad.
Fue la vida de uno de esos niños, a los que Sánchez llamó “canillitas” los que plasmó en la película que llevó ese título.
¿Por qué el 7 de noviembre?
Es la fecha en que murió Sánchez, a raíz de una neumonía. Fue en 1947, 37 años después, cuando se instauró la fecha en su homenaje.
Fotos: Eduvim y LaVoz.