Es una situación que se repite en cada lluvia intensa. Los bulevares acumulan mucha agua, el nivel sube hasta las veredas, y a esto se le agrega que el paso de camiones y colectivos impulsa la masa líquida en forma de olas hacia los comercios y viviendas.
En Santiago del Estero y Alvear, una zapatería sufrió grandes daños, con importante parte de su mercadería que quedó bajo agua. Aldo, el propietario del negocio, dijo que este lunes pone todo a liquidación para intentar salvar algo de las pérdidas.
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“El mayor problema es que no cortan el tránsito de los micros. El agua llegó hasta el nivel de la puerta, pero las olas hicieron que se metiera adentro”, comentó el empresario ubicado a pocos metros de la Terminal de Ómnibus.
Hasta el sótano y la cocina
En Sabatini y Vélez Sársfield, la dueña de un tradicional comedor no había dormido por tener que desagotar el local. El agua empezó a ingresar cuando todavía tenía clientes cenando la noche del sábado, le ingresó agua hasta la cocina y se le inundó el sótano.
Mientras sacaba el barro que ingresó, Delia contó que “la gente estaba enloquecida, con palos, queriendo parar a los camiones, pero ninguno paraba. Le pedimos a Tránsito que cortaran el paso, pero no hicieron nada. Los únicos que se hicieron presentes fueron los bomberos. Del municipio no vino nadie”.
Algunos clientes dejaron sus autos en el lugar y los fueron a retirar en la mañana.
Un comercio aledaño, que vende lubricantes, también fue inundado.
Este sector, a lo largo del bulevar Vélez Sársfield, fue uno de los más afectados, abarcando barrios cercanos.