Familiares y amigos de María Ayelén Fernández se manifestaron en frente del palacio de Tribunales de la ciudad de Villa María.
Alrededor de unas 30 personas, pidieron por la liberación de esta mujer que se encuentra imputada por el homicidio de su padre adoptivo, José Antonio Fernández.
En estos momentos la joven está alojada en Córdoba en la Unidad de Contención de Aprehendidos (UCA).
Quien está llevando adelante la investigación es la Fiscalía de Segundo Turno, Juliana Companys.
La voz de la familia
Solicitan la liberación de la mujer, primero por que sostienen su inocencia, y luego porque tiene dos niños a su cargo.
Así lo manifestó a la prensa el único tío que tiene Ayelén en la ciudad.
Edgar Fernández, tío de la acusada en declaraciones a Villa María VIVO manifestó:
“Todos creemos que fue un accidente. La idea de esta reunión fue visualizar el estado de situación de Ayelén”.
“Mi sobrina es una persona muy sensible y tiene una discapacidad leve. Tiene dos niños a su cargo”, añadió.
“Estamos pidiendo la libertad de ella. En este momento se encuentra incomunicada y queremos la pronta liberación y la segura investigación del caso”, agregó.
“La declaración indagatoria fue sospechosa porque nosotros estábamos enterrando a su padre y a ella la llama la fiscal con un abogado que nadie pidió para que la defienda”, subrayó.
“Nosotros nos opusimos a la presentación de este abogado y todo volvió para atrás. porque nuestros asesores letrados deben volver a solicitar la defensa para ser admitidos y patrocinarla”, concluyó.
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La muerte su padre
Este fue el hecho que desencadenó la investigación de la fiscal Juliana Companys.
La investigación empezó el 13 de abril por una denuncia que realizó la Clínica Marañon.
José Antonio Fernández ingresó al nosocomio privado con una herida y a raíz de los estudios realizados por los profesionales de la salud decidieron hacer la denuncia en la Unidad Judicial.
Para la Justicia, fue un hecho provocado por otra persona y se descarta por ahora el accidente.
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Según fuentes cercanas a la familia, el señor Fernández se encontraba en su casa, aunque no estaba solo.
En el patio tiene un pequeño galpón y, para sostener la puerta del mismo, tenía una lata con la que apoyaba varios hierros para cerrar la puerta.
Aparentemente, se le cruzó el perro al señor Fernández, el hombre cae al piso, y uno de los hierros se le clava en el pecho.
Esta la versión de los hechos que da la familia, y con la que el hombre se presentó en la Clínica Marañón.
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