FRISTO: Puerta al mundo de los alimentos congelados

Si el futuro está en los alimentos congelados, en Villa María se puede experimentar bien de cerca esta posibilidad.

Fristo ofrece contar siempre a mano con productos frescos, sabor original, sin aditivos.

Además, son listos para preparar y tener en pocos minutos una comida para disfrutar.

La llegada de Fristo Mercado de Congelados abrió las puertas a este mundo en el que las frutas y verduras llegan directo de la huerta a la mesa con sus propiedades intactas.

De esa manera, permite contar con frutas de estación durante todo el año, y muchos otros alimentos congelados.

En su local se pueden encontrar pastas, panificaciones, helados, productos de mar, carnes de aves y mucho más.

Fristo tiene todos los alimentos congelados
Dentro del local de Fristo hay todo tipo de alimentos congelados.

“Casi todas las verduras que se puedan encontrar en una verdulería de un supermercado, están también en Fristo, congeladas y listas para usar”, cuentan Roque Cavallo y su esposa María Cristina.

“Hay mix de verduras para rellenos de tartas, wok de vegetales, arroz con verduras, entre muchas opciones”,  agregaron los propietarios.

Este matrimonio, oriundo de la ciudad de Gálvez, provincia de Santa Fe, dejó atrás toda una vida dedicada a la producción agropecuaria, y se embarcó de lleno en esta novedosa empresa que los trajo a Villa María como la mejor de las opciones que encontraron.

Roque explicó que los productos salen de la quinta, se lavan y, con mucha higiene y cuidado, van directo a través de un tubo que permite un congelado rápido y por unidades separadas.

El método IQF

El método utilizado es el IQF (Individual Quick Freezing), o congelación rápida de manera individual, que se viene imponiendo cada vez más.

Por lo tanto, es un procedimiento que garantiza la conservación de la su textura, valor nutritivo y sabor como si estuviera recién cosechado.

Además, garantiza que los productos no necesiten de ningún tipo de químicos o preservantes. El cambio brusco de temperatura reduce la presencia de microorganismos.

Alimentos congelados, más prácticos

Fristo ofrece estos productos frescos, que conservan todas sus propiedades, y en un solo lugar, para que el cliente pueda encontrar mucho de los productos que se consumen a diario, inclusive bebidas.

Otra opción son las viandas listas para ponerlas en agua caliente por 15 minutos y tener en muy poco tiempo un almuerzo con todas las propiedades naturales.

“Es muchos más práctico. Los alimentos congelados permiten acortar los procesos de producción en la cocina. Agiliza los tiempos de cocción”, cuentan Roque y Cristina.

Para más practicidad, la empresa fracciona productos que adquiere en grandes volúmenes para ofrecerlos en menores cantidades.

El congelado es una técnica que permite comer sano, con alimentos muy naturales, que llegan al consumidor en el mismo estado que se cosechan.

Esta tendencia a nivel mundial se ve reflejada en los nuevos modelos de heladeras, con freezers cada vez más grandes.

También ofrece la ventaja de consumir durante todo el año productos estacionales en condiciones que aseguran su frescura.

alimentos congelados conservan frescura sin aditivos.
Los alimentos congelados conservan su frescuras sin aditamentos artificiales.

Empezar de nuevo

Roque y Cristina llegaron a un momento en el que decidieron hacer un giro total y buscar, en este caso en Villa María, una nueva vida en lo personal y lo económico.

Son de ciudad de Gálvez, provincia de Santa Fe. Tienen dos hijos de 20 y 29 años.

Vienen de familia agropecuaria, pero en 2018 decidieron dejar atrás ese mundo y empezar una nueva calidad de vida, con otra actividad.

“Un día nos dimos cuenta que la vida que llevábamos ya no era compatible con nosotros. La misma vida te va dando señales”, relataron.

“Hasta el 2015 trabajábamos en el campo muy bien. Creíamos que teníamos la vida solucionada, con una situación económica estable”, cuenta Roque.

Se describe como un hombre emprendedor, muy dedicado a su trabajo.

Realizaban una intensa actividad agropecuaria en campos propios y alquilados, y contaban con equipos y maquinaria con los que prestaban servicios de siembra y cosecha.

Además, habían puesto en marcha una fábrica de hielo. “No paraba nunca”, recuerda.

Las señales

En 2015 le detectaron un problema renal que lo sumió en una gran depresión.

Comenzó a hacerse diálisis. En 2016 descubrieron que eran compatibles con su esposa para la donación de su riñón.

El trasplante le permitió volver cierta normalidad. Pero las “señales” seguirían.

En 2016 perdieron la cosecha por un exceso de lluvias. En 2017 volvieron a tener pérdidas importantes en el campo.

Ese año también sufrió un accidente en un brazo, y otro más al año siguiente.

En 2018 volvieron a tener una falla de cosecha entera, y fue allí que decidieron dejar todo lo que tenían.

“Teníamos señales por todos lados y no queríamos entenderlo. Lo hablamos en familia y decidimos dejar todo”, cuentan ahora.

Primero, vendieron la fábrica de hielo, como para empezar a desprenderse de complicaciones.

Luego, desalquilaron los campos, vendieron los equipos y la maquinaria y decidieron también vender las tierras propias.

“Abandonamos la actividad y nos tomamos unos meses para descansar y pensar qué hacer”, cuentan.

Roque y María Cristina trazaron una línea en su vida y decidieron empezar de cero.

La visión: los alimentos congelados

“Ella siempre me decía que cada vez más se consumían los alimentos congelados. De a poco empezamos a incursionar en el tema”, recuerdan.

“Nos gustó y decidimos poner una tienda en alguna ciudad que fuera un poco más grande que el lugar donde vivíamos”, explicó Roque.

“Teníamos la idea de lo que queríamos hacer, pero llevarlo a la realidad podía ser complicado”, dicen.

“Contratamos una consultora en Córdoba y, dentro de las principales ciudades de la provincia, nos dio que en Villa María era la mejor, cuenta Cristina.

El estudio de mercado dio que Villa María tenía un consumo de congelados más alto que el promedio en el país, pero no fue la única razón para invertir en la ciudad.

“Vimos que no era una inversión sencilla. Por eso buscamos asesoramiento para que nos guíe. De recorrer las cinco ciudades, cuando conocimos Villa María nos gustó mucho, es muy bonita, y nos sentimos muy cómodos con el trato que tiene la gente”, agregó la mujer.

Atención al público

Lucía y Agustina asesoran a los clientes en todos los productos y alimentos congelados que tiene Fristo.

El local de Fristo en Villa María abrió sus puertas el 31 de octubre en la esquina de San Luis y avenida Hipólito Yrigoyen.

Atienden al público de lunes a sábados, de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00 horas.

Esta modalidad está pensada para que quienes salgan de su trabajo puedan pasar a última hora a buscar su producto congelado y llevarlo directo a casa.

Cada persona que visita el local recibe asesoramiento de cada producto, con información de utilizar las frutas y verduras.

El local de alimentos congelados de Fristo, en Yrigoyen y San Luis.

Contactos

Facebook: Fristo

Instagram: @fristo.congelados

Whatsapp: 3534011928

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