La situación de una familia instalada en una precaria vivienda junto al río Ctalamochita se judicializó y consideran que no pueden seguir viviendo allí.
Se trata de un grupo familiar numeroso que llegó desde Córdoba hace unos ocho meses, buscando una vida distinta a la que tenían en un asentamiento en la capital provincial.
El matrimonio, con cinco hijos, ocupó una construcción cerca del puente carretero sobre ruta provincial 2. Se trata de una edificación antigua que, según evaluó la Municipalidad de Villa Nueva, tiene serios problemas y corre riesgo de derrumbe.
Allí vive Javier Romero, quien se dedica a vender arena que recolecta del río, según se conoció.
El municipio ofreció trasladarlos a la ciudad de Córdoba, al mismo lugar donde vivían antes. Pero la familia se niega a regresar, considerando que es riesgoso para los niños pequeños por las condiciones de inseguridad con las que se vive.
Ante la negativa de la familia a trasladarse, el municipio llevó el caso a la Justicia.
La fiscal de segundo turno, Juliana Companys, declaró ante El Diario que la estancia de la familia en ese lugar configura “un delito” pero aconsejó no optar por la vía del desalojo.
Las alternativas surgidas desde la Municipalidad son que se los traslade e Córdoba y se les entregue $ 15.000, o que no se los lleve a Córdoba, pero se los reubique en otro lugar de Villa Nueva, y se les entregue $ 30.000, se consignó en la nota.
La Municipalidad, agrega la publicación del matutino, notificó de esto a los ocupantes de la vivienda y espera que acepten alguna de las opciones. De lo contrario, adelantaron, volverán a dejar en manos de la Justicia la decisión sobre la familia.