El fallecimiento de la joven hermana Pía, de la fraternidad de las Clarisas de la Inmaculada, causó gran pesar en la comunidad religiosa.
Su presencia en Villa María lleva más de cinco años y su misión en la ciudad es un aspecto poco conocido en general, aunque muy valorado.
Villa María es una de las tres ciudades de Argentina donde están presentes. Las otras dos son en la provincia de La Pampa.
Las hermanas suelen ser vistas por las calles en bicicleta, y vistiendo su hábito color marrón y su escapulario blanco.
En 2017 las hermanas Clarisas de la Inmaculada, junto al Obispado y a la Municipalidad de Villa María, firmaron un convenio para brindar atención pastoral y espiritual en el Hogar Municipal de Ancianos.
Las hermanas, además del servicio que brindan a los ancianos del hogar, tienen un sitio reservado para su vida comunitaria y un lugar disponible para el cuidado y la asistencia de los sacerdotes mayores de la diócesis.
Los nombres de las hermanas que llegaron por entonces a Villa María son: hermana María Pilar de Jesús, hermana María Ángela de María Reina y hermana María Pía del Santísimo Rosario.
Las hermanas Clarisas en Villa María y Argentina
Las Clarisas Capuchinas de la Inmaculada son una fraternidad de vida común dedicadas al seguimiento de Jesucristo según el estilo de San Francisco y Santa Clara en la tradición capuchina.
Observan la Regla de la Tercera Orden Regular, cuya última aprobación data de 1982 con el breve “Franciscanae Vitae Propositum” de San Juan Pablo II, informaron desde el Obispado de Villa María.
Según se lee en el blog Divina Vocación, “las hermanas buscan ante todo vivir la unión esponsal con Jesucristoa través de la oración contemplativa y litúrgica (Misa conventual y Oficio Divino), la Adoración Eucarística, la devoción a Nuestra Señora y Madre Inmaculada, la imitación de San Francisco y Santa Clara, el amor a la Iglesia y la lealtad al Sumo Pontífice”.
“De modo particular, las Hermanas rezan y se ofrecen a sí mismas por la santificación de los sacerdotes y almas consagradas de la Iglesia, y reparan el Corazón de Jesús Sacramentado por las ofensas que recibe”.
“Junto al trabajo manual diario, las Hermanas se consagran a las obras de misericordia, todo vivido y ofrecido por la santificación del clero, tales como catequesis, visitas a los enfermos, atención a los ancianos, etc”.
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