Arroyo Cabral se preparaba para ser sede de la primera final de la Liga Villamariense, torneo “Juan Carlos Mulinetti”. En esta ocasión, Rivadavia recibía la visita de la revelación del campeonato, Atlético Ticino. Fueron precisamente los dirigidos por Vicario quienes se alzaron con el triunfo (0 – 1), el tanto lo anotó Manzanares en la mitad de la segunda etapa.
En un partido que se estudiaron mucho y arriesgaron poco desde el principio se intuía con claridad la idea que iba a proponer cada uno.
El “albirrojo”, con su manera de trabajar prolijo los partidos, demostraba solidez al momento de frenar los ataques rivales, y a su vez, demasiado oficio y paciencia para salir rápido de contra, sacando provecho de los espacios.
Por su parte, los cabralenses, que tuvieron una tarde pálida de fútbol dependían de manera excedida de lo que producía Berterame. Los demás solo aportaban en cuenta gotas.
Durante la etapa complementaria, después de recibir el baldazo frío del gol, se repetía en centros perdidos hacia el área oponente.
Aparte de su juego para nada vistoso, el “verde” sufrió una merma considerable en el aspecto físico durante el segundo tiempo. Para tener en cuenta.
La clave del triunfo se encuentra en el desequilibrio que produjo el tridente ofensivo de Atlético.
Para Rivadavia, el 13 fue yeta. Le cortaron una racha de 12 partidos sin conocer la derrota en su casa.