Vecinos de barrio Malvinas Argentinas se anoticiaron de que el Concejo Deliberante trataría la creación de un “Centro de Transferencia” de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) en el barrio, iniciativa municipal que fue aprobada por mayoría. Temen futuro basural y el edil Manuel Sosa denunció negociado.
Este viernes 20 por la mañana, los vecinos de barrio Malvinas Argentinas se anoticiaron con que el Concejo Deliberante trataría en sesión extraordinaria un proyecto del Poder Ejecutivo que los preocupó.
Se trata de un convenio de sublocación de inmueble y locación de servicios entre el municipio y la empresa Planeta Verde, documento que fue ratificado por los concejales que votaron el proyecto, salvo el edil Manuel Sosa que lo rechazó.
Puntualmente, el proyecto busca que, en la intersección de calles Santa Cruz y Corrientes, la firma presidida por Paul Wester lleve adelante un “Centro de Transferencias de Residuos Sólidos”.
Los vecinos acudieron al Deliberante para dialogar y manifestar el rechazo y preocupación del proyecto, ya que temen derive en un basural.
Desde el Cuerpo Legislativo les explicaron que solo se trabajaría con restos de poda y escombros, y aseguraron que la intención es facilitar el traslado de estos materiales, creando un punto intermedio entre la ciudad y el Centro de Gestión Ambiental.
“Nuestra inquietud es porque puede generar polvillo y problemas de salud, ya que está ubicado al norte de nuestras casas y el viento siempre trae polvillo”, dijo uno de los vecinos.
Asimismo, explicaron que en el Concejo Deliberante “planteamos el basural que se está armando y no nos negaron que lo era. Nos dijeron que las decisiones no las toma el vecino sino ahí adentro”, dijo una de las frentistas que fue.
“Después nos atendió Juan Pablo Inglese, que nos habló políticamente correcto”, agregó.
El Municipio niega que vaya a ser un basural
La Sesión Extraordinaria comenzó pasadas las 10:00 horas, y fue el edil Carlos Ronco quien presentó el proyecto enviado por el intendente Eduardo Accastello.
“La idea es tener una locación cercana que pueda recibir de forma inmediata los residuos y traslados pequeños, hacer los grandes desde este Centro hasta el de Gestión Ambiental. De esta forma se ahorraría en economía, tanto en recursos como combustible y recursos humanos”, argumentó.
En este mismo sentido, el secretario de Gobierno, Marcos Bovo, ratificó que la intención del municipio de ninguna manera tiene que ver con generar allí un basural, sino que se trata de un centro de acopio transitorio de algunos tipos de residuos, que luego son llevados a su ubicación final, en el predio de las afueras de la ciudad.
Sosa, en contra y con fuerte denuncia
Tras ello, el concejal Manuel Sosa tomó la palabra y rechazó el proyecto. “Manifestamos nuestro profundo rechazo, que contradice políticas ambientales establecidas”, dijo.
Según Sosa, el proyecto derivará en un “basural a cielo abierto a solo 100 metros del barrio. Esto pone en riesgo la calidad de vida de las familias y retrocede años en términos de gestión, ignorando la inversión de 10 millones de dólares en el Centro de Gestión Ambiental, diseñado para erradicar basurales”.
Asimismo, denunció que el convenio “plantea costos desproporcionados para el municipio y otorga beneficios injustificados a privados, generando dudas sobre la transparencia y eficacia de esta medida”.
En números, el convenio establece el pago mensual de $21.000.000 del municipio a la empresa. A ello, Sosa aseguró que previamente, la empresa alquiló el predio a $1.000.000, y que ahora lo subalquila y presta servicio.
Sosa también reafirmó que “el cambio sustancial en el uso del predio podría ocasionar problemas ambientales y legales graves”.
