Una niña con piel de mujer. Emilia Mazer se mete en la cabeza y el cuerpo de una adolescente que intenta ser algo que valga un poco más la pena que los recortes de vida que le tocaron en suerte.
Buscando a Madonna es un atado de ansiedades y sueños rotos que un día esperan verse merecidamente reparados.
Lucy, esa chica de amargos 16, no le saca el cuerpo al destino y sabe, porque lo dijo Madonna, que en la vida uno tiene que ser y hacer lo que le venga en gana. Total igual te van a criticar.
Lucy sueña, se viste y canta por la reina del pop. Pero también lleva algo de Evita. Aunque sea las ganas de ser por un instante querida, mimada, aplaudida. Esa chica está buscando amor. El que nunca tuvo y casi no sabe cómo es.
En esa búsqueda, Mazer pone intensidad sin descanso. Se mueve, se contorsiona, baila y canta. Te mira a los ojos y te pregunta. Habla con vos, espectador, y te arrastra a su vida veloz. Envidiable estado físico para una actriz que transpira una hora al ritmo enérgico de su personaje adolescente.
Lucy enseña que no las hay tan malas como para tirar la toalla tan de prisa. Aunque no sea más que por un minuto, llegará el día en el que el mundo sepa quien es esa chica.
A.F.
Ficha: Buscando a Madonna, con Emilia Mazer. Dirigida por Mazer y Carlos de Martino, con libro de Enrique Medina. Función: viernes 15 de noviembre, 22 horas, teatro La Panadería, Salta y José Ingenieros.