Villa Nueva, frente a una desagradable jornada

Lo que se había hecho para contener el río no fue suficiente. Una nueva crecida sobrepasó los cálculos y el agua comenzó a avanzar amenazante sobre la ciudad.

Ya no era solamente Villa Oeste, sino que se extendió a otros sectores como Pinar de las Tejas, que también fue evacuado, lo mismo que la mitad de San Antonio.

El agua no paraba de correr y empeoró la situación de la madrugada hacia la tarde.

La calle Padre Hugo Salvatto fue acumulando agua. En el intento de mover tierra para frenarla, una máquina rompió un caño de agua y uno de cloacas.

Además, las alcantarillas de la ruta 2 se transformaron en un muestrario de basura y desechos, que fueron arrastrados lentamente con el crecimiento del nivel del agua.

Olores nauseabundos y una alfombra de desperdicios completaron el deprimente cuadro del agua avanzando.

Más barrios y el centro

Más tarde empezó a notarse el arribo de la creciente a sectores como Aguas Claras y Centro de Empleados de Comercio, uno de los puntos más críticos por encontrarse en una depresión del terreno.

En el casco céntrico, el agua comenzó a correr con fuerza por las calles y en algunas viviendas decidieron colocar bolsas de arena en sus frentes.

La situación generó intranquilidad y exasperación entre los vecinos. Algunos discutieron con operarios municipales por entender que el movimiento de tierra que estaban haciendo sobre avenida Libertad los perjudicaría.

Otros decidieron protestar incendiando neumáticos en el cruce de las rutas provinciales 2 y 4.

Desde el municipio se vieron desbordados en sus intentos de contener el agua.

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