Agostina Aragno fue mamá en junio de 2018. A los meses, con 25 años, le diagnostican un cáncer de mama avanzado. Con una recuperación inédita, contó cómo fue atravesar la enfermedad.
“¿Vos queres escuchar realmente lo que es?”, preguntó Agostina antes de empezar a contar cómo el cáncer de mama cambió su vida. “Yo no quiero dejar de contar para no asustar. La idea es que se sepa lo que realmente nos toca pasar a nosotras”, agregó.
Agostina vive en Las Varillas y hubo dos hechos que cambiaron su vida en el último tiempo: fue mamá en 15 de junio de 2018 y el 14 de febrero de 2019 la diagnosticaron con cáncer de mama.
Según contó a Villa María VIVO, cuando su hijo tenia cinco meses, se palpó “una bolita” en el seno derecho. “Yo de amamantar le di solo un mes. Cuando me palpo la bolita, fui al médico. Siempre me hice los controles, siempre hice deporte y como saludable. Sin embargo, me enfermé”, dijo.
Cómo vive una mujer con cáncer
Después de varios esfuerzos para conseguir que le realizaran una ecografía mamaria, una profesional de Villa María le aseguró que no tenía nódulos, si no una displasia mamaria por amamantar.
“Así que guardé el estudio. Al tiempo me di cuenta que la bolita crecía y me dolía. En Las Varillas me dijeron que repitiera la ecografía mamaria. Ya no era una bolita, tenía cinco centímetros y un ganglio inflamado. Me hicieron una biopsia y me diagnosticaron”, relató Agostina.
Frente a la médica, la primera pregunta de Agostina fue: “¿qué tan normal es la vida de una mujer con cáncer? A mi me espera en mi casa un bebe de ocho meses”.
Agostina insiste en que la detección temprana es fundamental: “son importantes los estudios y palparse los senos”.
El camino de la quimioterapia
Su primera quimioterapia fue el 7 de marzo de 2019. “Después de la segunda quimio, cuando me levanto del sillón había un mechón re grande de pelo, una de las enfermeras me dice ‘llegó la hora’. Ahí supe que me tenía que pelar”, contó Agostina.
Ella viajaba para realizarse las quimioterapias y cuándo volvía a su casa, su bebe la esperaba. “La quimioterapia me dejaba muy mal, tenía vómitos y cansancio. Yo llegaba acá y tenia a mi bebe, el no caminaba todavía”, relató.
Con cada quimioterapia, debían colocarle vacunas para levantar sus defensas: “llegué a ponerme 50 vacunas, ya no sentía el brazo”. Al terminar las quimioterapias, los estudios mostraron que Agostina ya no vivía con el cáncer.
Desde allí, le realizaron una mastectomía y empezó un proceso de radiación: “todos los días tenía que viajar de Las Varillas a Villa María a hacerme. Los últimos fueron como piel viva”.
Luego de las últimas vacunas, ahora Agostina ya no toma medicación y sus controles son anuales. Se realizó una cirugía de reconstrucción mamaria y aumento de senos. “Fue un caso especial, ya no vivo con cáncer. Pude volver a hacer actividad física y mi brazo funciona bien”, aseguró.