[VIDEO] Nora Lilian Abelleira (57) fue hallada culpable por el jurado popular, en decisión unánime, del homicidio del empresario lácteo José Espósito, asesinado en el dormitorio de su vivienda en Villa Nueva, la noche del 17 de junio de 2011.
En tanto que, por mayoría, José Deheza (50), acusado de ser quien efectuó los disparos contratado por la mujer para matar Espósito, fue absuelto en una decisión por mayoría del jurado.
De este manera, se condena a la mujer por encargar el crimen, pero la causa se quedó sin el autor material del asesinato.
Deheza fue condenado a 5 años de prisión por otros delitos, pero del homicidio salió indemne.
La mujer era la concubina de hacía más de dos décadas de la víctima, y el hombre era parapsicólogo, y había cumplido una condena por homicidio. En uso de su última palabra, ambos negaron tener relación con el hecho.
Llegaron a este juicio acusados de homicidio doblemente agravado por uso de arma de fuego y promesa de remuneración. El fiscal Francisco Márquez había pedido prisión perpetua para ambos.
Nora Abelleira fue señalada en el proceso como quien ideó y pagó para deshacerse de su pareja con la pretensión de quedarse con su capital. Esto es porque había campos y propiedades a su nombre, producto de una maniobra que buscaba eludir pagos a acreedores.
José Deheza fue supuestamente contactado en la cárcel por la mujer para cometer el crimen. Mientras ella fue juzgada como partícipe necesario, él fue señalado como el autor material.
El abogado de Deheza, Eduardo Rodriguez, alegó que no había ninguna prueba que incriminara a su cliente y que no podía ser ubicado ni cerca de la escena del crimen esa noche.
Al mismo tiempo, señaló sus sospechas hacia el testigo Franco Irigoitia, un ex empleado de Espósito a partir del cual se reorientó la causa hacia los acusados. En la instrucción, este hombre había dicho que la mujer le confesó el crimen por encargo.
Rodriguez, a través de informes de compañías de telefonía celular, lo ubicó cerca de la escena del crimen esa noche a partir del registro de llamadas que hizo y recibió. También apuntó a que la mujer de Irigoitia mantuvo “centenares” de mensajes de texto con otro teléfono que, conjeturó, estaba ubicado dentro de la cárcel de barrio Belgrano.
Con la absolución de Deheza, el crimen se quedó sin autor material identificado, una incógnica que quedará pendiente hasta tanto se investigue nuevamente o se revise lo investigado.
Mirá el video de la sentencia:
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Fotos: Villa María Vivo.
