Una mujer llamada de Laura, domiciliada Villa María, estaba conduciendo su auto por la ciudad de Córdoba. Puso en su sistema GPS la indicación para regresar a casa, pero terminó perdida en el interior de barrio Campo de la Rivera, donde un vecino le alertó que “le podían llegar a desmantelar el auto”.
Asustada por la advertencia, Laura pidió nuevamente ayuda y apareció un hombre llamado Pedro, quien vive en el lugar y lleva adelante el comedor “Abrazos de Osos” al que asisten todos los días a grandes y niños.
Con su auto, el hombre la fue guiando hasta dejarla en cercanías del Arco de Córdoba, para que pudiera fácilmente tomar rumbo a Villa María. Laura quiso agradecerle el gesto con dinero, que Pedro no acepto, pero le comentó sobre su obra.
“Me dice: si quiere agradecerme, yo trabajo en un comedor. Me cuenta rápidamente lo que hace y le digo que por supuesto lo voy a ayudar”, relató la joven villamariense a Cadena 3 (Escuchar audio).
“Me encantó su obra y el gesto que tuvo para conmigo”, confesó la joven, quien inició una colecta en Villa María para el comedor de la villa cordobesa.
La historia ocurrió un par de fines de semana atrás, y se conoció este lunes a través de la emisora capitalina.
“Tenemos gente que vale la pena”
El comedor Abrazos de Osos atiene entre 120 y 160 vecinos a diario, que reciben el desayuno, el almuerzo, la merienda e incluso la cena. “Trabajamos para que cambie esto, pero hay gente buena y trabajadora. No todos son malos, hay gente muy buena también. Tenemos gente que vale la pena”, contó Pedro a la emisora capitalina.
En el comedor funciona también una sala cuna que atiende a 40 niños de 45 días a 3 años.
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