En la Cámara del Crimen de Villa María se ventilaron los detalles de lo que fue el crimen de Marcelo Omar Rodríguez, cuyo cuerpo apareció flotando, boca abajo, en medio de los desechos que inundan la cava del barrio Felipe Botta.
Sorpresa
El cadáver fue visto por una pareja que recorría el lugar en busca de elementos que suelen ser descartado por particulares. No poca fue su sorpresa cuando en la tarde del lunes 3 de abril de 2017 vieron un bulto que parecía ser un cuerpo humano.
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Llamaron a la Policía y se generó una gran consternación en ese sector de la ciudad.
Con el paso de las horas, se pudo identificar el cuerpo sin vida. En uno de sus bolsillos tenía su documento de identidad.
En el sector de la cava, situada detrás de barrio Botta, había indicios de que el cuerpo fue arrastrado por una persona y arrojado dentro de la fosa en la que desaguan efluentes de lluvias, se acumulan todo tipo de residuos, y también cuenta con vegetación en la superficie de la laguna.
Identidad
Al tener el dato de quien era la víctima, se inició una investigación que, al poco tiempo, llevó hasta quien fue considerado el autor del crimen.
Gustavo Luis Villalba (33) fue encontrado como el responsable de haber terminado con la vida de Rodríguez, y arrojar su cuerpo a la cava.
En un principio se creyó que la víctima se había ahogado y la hipótesis como causa de la muerte fue una broncoaspiración, pero también se detectó en ese primer momento que tenía un golpe en la cabeza.
Discusión fatal
En el juicio, que tuvo lugar este lunes en el quinto piso de Tribunales, se ventiló que el origen del conflicto fue un reclamo de la víctima hacia el homicida, por gastos que habría tenido que afrontar a causa de lesiones sufridas trabajando para él.
Aparentemente, la discusión subió de tono y pasó a mayores, creciendo en violencia hasta llegar al momento fatal en el que se produjo el deceso.
Según testigos, a Villalba se lo vió más tarde con ropa ensangrentada.
Condena
Al momento de las definiciones, el fiscal Francisco Márquez pidió que se aplique una pena de 8 años de prisión por homicidio simple, medida que fue adoptada por el juez Félix Martínez, aplicando esa condena en forma efectiva.
Fotos: Archivo.
