Pasear un domingo a la tarde por la Costanera de Villa María, entre los barrios Mariano Moreno y Palermo, permite ver el nivel de relajamiento prácticamente total con el que se vive esta fase de la cuarentena por el Covid-19, donde las conductas son todo lo contrario a lo que se recomienda por la pandemia, casi sin ningún tipo de distanciamiento ni medidas de prevención.
Como si fuera una tarde de verano, gran parte del espacio verde se vio ocupado durante toda la tarde, con gente situada en mesas, compartiendo mates y bebidas, chicos jugando libremente, grupos de jóvenes escuchando música en torno a autos y motos, y pasando botellas de boca en boca, sin que la distancia entre ellos fuera tenida en cuenta, se usaran barbijos o alcohol en gel.
El panorama quedó a la vista de todos, incluso de los móviles de Seguridad Ciudadana que pasaron por el lugar.
La situación, sin ningún tipo de control, resulta contrastante con todas las demás restricciones que aún se mantienen, y que en algunos casos impiden el trabajo bajo protocolo, como podrían ser gimnasios y guarderías, o los mismos establecimientos escolares.
Los adolescentes no se cruzan en los colegios, pero sí en las juntadas de amigos en casas particulares o en espacios verdes, como quedó en evidencia este domingo.
Una de las primera preguntas que pueden hacerse cualquier persona ante este panorama es: ¿Qué sentido tiene seguir manteniendo encorsetadas algunas actividades, si se permite que en lugar público como la Costanera de Villa María la gente se reúna en forma multitudinaria, sin ninguna prevención?
Mientras se pone celo en perseguir reuniones familiares y se restringen actividades comerciales hasta llevarlas la quiebra, se libera el contacto estrecho entre personas de diferentes edades y procedencias a la vistas de todos.
A pocos kilómetros de Villa María, en la ciudad de Márcos Juárez, en la última semana se detectaron más de 20 casos positivos de Covid-19. Un brote que obligó a cerrar la ciudad para que nadie entre ni salga durante dos semanas, volviendo a la fase inicial de la cuarentena, con todas las actividades clausuradas.
En cambio, en Villa María y Villa Nueva, la realidad es otra. No hay casos de transmisión local. Hasta ahora fueron todos importadas. Pero nada indica que no pueda aparecerse alguna nueva situación que rompa este esquema. El caldo para una propagación rápida está servido, y se vio claramente este domingo.
Andrés Ferreras