Un extraño cuento del tío ocurrió el pasado 29 de agosto, que tuvo como víctima a una jubilada de 67 años.
La historia, que comenzó en cercanías de la Terminal de Ómnibus, contó con los más exóticos ingredientes: plata “bendecida”, supuesto uso de la droga conocida como burundanga, 2 extranjeros y un supuesto premio de $ 5.000.000 por cobrar.
El caso fue denunciado en la Unidad Judicial de Villa María y está siendo investigado por la fiscal de Segundo Turno, Juliana Companys, quien confirmó que citó a la damnificada para este martes 3 en Tribunales.
Qué fue lo que pasó, según la denuncia a la que Villa María VIVO! tuvo acceso:
Cobrar un premio
G.H., jubilada, regresaba a su hogar ese jueves a las 10:30 horas cuando en inmediaciones de la estación de servicios ubicada en bulevares Sarmiento y Alvear se le acerca una mujer para que la orientara.
Según denunció G.H., la mujer –de unos 45 años y aparentemente de procedencia boliviana- le preguntó dónde quedaba un lugar, porque ella venía de Río Tercero y no conocía Villa María.
Allí le exhibió un boleto de lotería que tenía un papel escrito con un mensaje de un abogado para que se lo leyera, ya que ella dijo que no sabía leer ni escribir.
En la denuncia, la damnificada explica que el mensaje era dirigido a otro abogado y decía que “la mujer había ganado mucho dinero, que la ayudara a cobrarlo, le diera un poco y el resto lo dividían entre ellos”.
La jubilada expresó que, creyendo iban a perjudicar a la supuesta ganadora del premio, “no fuera a ese abogado porque ella la iba a ayudar”.
Un latino
Fue en ese momento en el que aparece un hombre al que la mujer que sería boliviana llamó para que también la ayudara. Según la denunciante, el hombre tenía “acento latino” y unos 40 años aproximadamente.
Y la historia comienza: la mujer que supuestamente debía cobrar el premio, solicitó al hombre (quien a vistas de la damnificada era un transeúnte cualquiera) que le demostrara que no iba a perjudicarla cuando lo ayude. Por eso, le solicitó que exhibiera su dinero.
Así fue que el hombre caminó hasta calle Carlos Pellegrini, en donde aparentaba domiciliarse, y regresó con billetes de $ 1.000 y dólares, todo de acuerdo a lo expuesto en la denuncia.
Bendijo el dinero
Según la denunciante, una vez la mujer de apariencia boliviana vio el dinero, lo introdujo dentro de una bolsa de tela, “lo bendijo” y se lo devolvió.
Fue entonces cuando le solicitó a la jubilada que hiciera lo mismo, pero como ésta no tenía dinero con ella, los tres tomaron un taxi y fueron hasta la vivienda de la damnificada.
Una vez en la casa, ésta sacó $ 20.000 de un ropero y lo metió en la bolsa junto a un anillo de oro y un teléfono celular.
Otra vez, la mujer que pedía ayuda, bendijo la bolsa con los elementos y se la devolvió a la señora, quien la guardó en el ropero.
Hacia el Banco
Una vez “comprobado” que ni la señora ni el hombre la perjudicarían, regresaron los tres hacia la Terminal en el mismo taxi que los había llevado a la vivienda, y aguardaba afuera.
Se dirigieron hacia la Terminal y van juntos hasta la entidad bancaria que hay en el lugar.
En la denuncia, se repite la referencia a Banco Nación pero es preciso aclarar que allí sólo existe la sucursal del Banco de Córdoba.
Se fueron
Una vez en el banco, el hombre le pregunta a la jubilada si traía su DNI, a lo que la respuesta fue negativa.
Seguidamente le dijeron que los esperara allí mientras ellos iban a buscar sus documentos de identidad.
Luego de una hora de espera, y viendo que los extranjeros no regresaban, la señora volvió a su hogar, donde se daría con la gran sorpresa.
¿Qué había en la bolsa?
Al llegar, fue a ver rápidamente la bolsa de tela que momentos antes había dejado en el ropero, luego de que la mujer más joven se la “bendijera”.
Pero la jubilada se encontró con que en el interior de la bolsa sólo había papeles de diario, sin ningún rastro de los elementos de valor que había dejado.
Aparentemente, en una maniobra que no advirtió, le cambiaron la bolsa, despojándola de sus bienes de valor.
¿Estaba drogada?
Ese mismo día, la señora fue hacia la Unidad Judicial a efectuar la denuncia de lo que había ocurrido.
Según dichos de su sobrina Candela a Villa María VIVO!, durante la denuncia los efectivos policiales la revisaron y “olieron las manos”.
“Se dieron cuenta que es burundanga, lo que te altera el sistema nervioso. Ella en ese momento hacía lo que ellos le pedían”, relató al joven.
En conversación con este medio, expresó que la jubilada tenía “el mismo efecto” que produce la droga pero que los policías se dieron cuenta una vez hecha la denuncia.
“No estaba inconsciente, pero se va acordando de a poco”, dijo la mujer sobre su tía que deberá presentarse en Tribunales para ampliar la denuncia ante la fiscal.
Fotos: Ilustrativas.