Las barreras en las calles de Villa María para las personas con discapacidad

Estas son físicas, comunicacionales y actitudinales.

Si bien se ha avanzado bastante en materia de accesibilidad, una persona con discapacidad sigue teniendo muchos inconvenientes en las calles de nuestra ciudad. Luis Cecchini, con disminución visual, cuenta la experiencia del colectivo.

A diario las personas con discapacidad tienen el derecho de salir de sus hogares y poder alcanzar un grado de independencia para manejarse solos.
Mucho de ello depende de la accesibilidad de nuestras calles y las barreras siguen siendo enormes.
En diálogo con Villa María VIVO, Luis Emanuel Cecchini de la agrupación Baja Visión, cuenta sobre estas dificultades.
Primero aclaró que “en la vía pública todos los espacios físicos como virtuales, productos, servicios tienen que estar pensados desde la accesibilidad universal. Tienen que poder ser percibidos, comprendidos y operados por cualquier persona, más allá de su limitación”.

Las barreras de cada día

Luego destacó que “la falta de accesibilidad es para todas las personas con discapacidad, para nuestro colectivo. Todos los días nos encontramos con barreras que denotan la falta de accesibilidad en espacios físicos, virtuales e instituciones.
Las barreras físicas son desde lo arquitectónico y urbanístico: la falta de rampas hasta una baldosa que está mal hecha o postes ubicados en malos lugares, veredas rotas.
Desde las barreras comunicacionales, falta de cartelería adecuada con contrastes altos, Braille, lectura fácil, en general señaléctica tanto en vía pública como instituciones. Falta de contenidos accesibles en los medios de comunicación, redes sociales.

Y, por último, las peores que son las actitudinales porque son las más difíciles de erradicar. Porque dependen de la falta de interés, conocimiento y empatía de la gente.

Que es, por ejemplo, dejar obstáculos en lugares donde te los podes chocar como dejar una moto estacionada en una vereda o canasto de basura abierto, un pizarrón, mesas y sillas en veredas de comercios.
No querer o poder ayudar a una personas que necesita ayuda, nosotros con el bastón. O te dan prioridad y se enojan si te la dan, nos pasó mucho en las votaciones”.


Y explicó que en el caso específico de las personas con discapacidad visual es fundamental contar con “cartelería en Braille o macrotipo, con las medidas que tiene que tener, con código QR. Y las baldosas podotáctiles –en Villa María hay unas cuántas- que no se tienen que pintar del mismo color que las baldosas aledañas, tienen que pintarse con contraste”.
Además, en los medios de comunicación se observa falta de “textos alternativos en imágenes, con sonido”.

Mira este ejemplo de lo que padecen a diario las personas que emplean bastón verde por disminución visual:

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