A partir de llamado a indagatoria del actual ministro Agua, Ambiente y Servicios Públicos de la Provincia de Córdoba, Fabián López, por supuestos sobreprecios en las obras de construcción de las plantas depuradores de Tigre y Berazategui, desde la Unión Cívica Radical de Villa María emitieron un comunicado vinculando a ese funcionario con la construcción de la planta depuradora de esta ciudad.
Esto es porque López era mano derecha de Julio De Vido y ocupó el cargo de subsecretario de Recursos Hídricos de la Nación entre el año 2006 y julio de 2012, fecha en que es convocado por José Manuel de la Sota, para ocupar el actual cargo que hoy mantiene en el gobierno de Schiaretti.
Como la planta depuradora local fue inaugurada en ese período, desde la UCR local sospechan que aquí también pudo haber algún hecho irregular. En el caso de la investigación que lleva adelante el juez federal Casanello, por la que citó a declarar para el día 7 de diciembre a López, de las obras en Buenos Aires, por un monto original $ 1.838 millones, a julio de 2017 se llevan pagados $ 7.197 millones.
Esto es parte del comunicado:
“El Ing. López en el Gobierno Nacional, participó del plan de saneamiento de la cuenca Matanza Riachuelo, junto a la (procesada) Dra. Romina Picolotti y Alberto Bresciano. Recordemos que Bresciano, es el Secretario de Servicios Públicos de la Provincia y tiene a su cargo el control de las prestaciones de los servicios públicos provinciales, dependiente del organigrama que dirige el Ing. López”.
“Es decir, que quién es investigado por presuntas irregularidades en las construcciones de plantas depuradoras, es en Córdoba, quién las debería controlar; un círculo perfecto de impunidad”.
“La planta depuradora de Villa María, fue inaugurada el 6 de abril del 2011; la obra se construyó con recursos aportados por el Ministerio de Planificación Federal, a cargo de Julio De Vido y el diseño de la planta habría sido de Recursos Hídricos de la Nación, mientras la dirigía el ingeniero Fabián López.
La planta tuvo problemas desde su concepción, con un diseño inviable en la práctica, que hicieron que los resultados concluyeran con un fracaso inevitable, contaminando el cauce del Río Ctalamochita, los vecinos pagando por un servicio que no se prestó, con millones gastados en una obra que no serviría, con los controles que brillaron por su ausencia”.
“Durante todos estos años, hicimos lo que creíamos que debíamos hacer, tal vez, los resultados no se dieron en los plazos que uno espera, pero el tiempo parece que va dejando al descubierto una matriz de impunidad”.
“Las irregularidades en la construcción de la planta depuradora de Villa María no parece ser una excepción, sino que formaría parte de un negocio sistematizado; donde la justicia federal está poniendo la lupa, pero da la sensación que en Córdoba el paragua político alcanza también a la justicia, donde ante lo evidente no reacciona”.
“Está claro, que más allá de la figura jurídica que se quiera adoptar para la nueva prestación del servicio de agua, cloacas y desagües pluviales de la ciudad de Villa María, la debilidad radica en la honestidad de la dirigencia y en la falla de los controles, que precisamente, no se soluciona con modificar una figura jurídica”.
El comunicado de la UCR de Villa María es firmado por Pablo Salvador, Patricia Marsili y Marcelo Barotto.
