Se despidió uno de los último videoclub de Villa María, Esmeralda cerró sus puertas. El mítico espacio funcionaba estos últimos años en calle José Ingenieros.
Pasó por todos los cambios tecnológicos, de analógico a digital, superó el paso del tiempo. Fue uno de los últimos bastiones de los 90 en Villa María, pero decidió cerrar sus puertas.
Esmeralda es un emblema en videoclub de Villa María, como lo fuera Video 2001, Argentino o Quality, que aún resiste. Permaneció abierto durante 31 años y ahora su propietario decidió emprender otro rumbo, que será con sorpresa.
En diálogo con Villa María VIVO, Pablo Tavarone dueño de Esmeralda comentó: “en el inconsciente colectivo quedó para siempre Video Esmeralda, nunca pudimos salirnos de ahí. Cambiamos de rubro pero seguimos siendo el video”.
Hace diez años, con la extensión de los VHS y la pronta salida del medio de los DVD, habían incorporado bar con venta de discos y librería.
“Los cambios fueron relajados, siempre los vimos venir. Pero la llegada de internet fue un antes y un después para nosotros”.
Se despidió con aviso
En tres décadas fue uno de los rubros que más cambios sufrió. De hecho se adaptaron a cada moda que la tecnología propuso.
“Nosotros arrancamos en el 90, cuando empezaron a fabricarse los CDs en Argentina. Alquilábamos películas en VHS y le sumé CD de música. Esos años fueron gloriosos”.
El cambio de siglo y la crisis en nuestro país de 2001 fueron irremontables para muchos de sus pares en la ciudad y cerraron la gran mayoría. “Subsistimos porque traje los primeros DVD de España para alquilar. Pero la llegada de internet nos terminó de bajar porque la gente empezó a descargar la música y las películas por su propia cuenta“.
Allí fue cuando decidieron virar a otro sector e incorporaron café y librería. Asegura que les fue muy bien pero necesitaban dar un cambio de imagen y despegarse del video. De aquí la decisión del cierre.
Finalmente, se le consultó por el efecto de la pandemia y dijo “no nos afectó demasiado, sólo los meses que tuvimos que cerrar como todos por las restricciones”.
Un final anunciado, pero transitado con felicidad por los años compartidos con los villamarienses y con grandes augurios por lo que vendrá.