El Premio Nobel de Economía 2024 fue otorgado a Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson por sus investigaciones sobre cómo las instituciones políticas y económicas influyen en la prosperidad de los países. Estos economistas demostraron que la calidad de las instituciones es un factor crucial para el desarrollo económico sostenible y explicaron las causas detrás de la divergencia económica entre naciones.
Su trabajo destaca que las instituciones inclusivas, que garantizan el acceso equitativo a oportunidades y permiten la participación ciudadana, promueven el crecimiento económico y la estabilidad. Por el contrario, las instituciones extractivas, que concentran poder y recursos en élites, perpetúan la pobreza y la desigualdad. En su libro más conocido, “Por qué fracasan los países”, Robinson y Acemoglu analizaron ejemplos históricos para demostrar cómo los sistemas creados durante la colonización influyeron en el éxito o fracaso económico de diferentes regiones.
Otro enfoque destacado en su obra reciente es el impacto de la tecnología en la economía global. En su libro “Poder y progreso” (2023), Acemoglu y Johnson abordan cómo los avances tecnológicos, desde la inteligencia artificial hasta las energías renovables, tienden a beneficiar más a las élites, advirtiendo sobre la importancia de regular y democratizar estas innovaciones para evitar mayores desigualdades.
La investigación de estos economistas también cuestiona el papel de la democracia en el desarrollo. Si bien reconocen que no es una solución universal, argumentan que los regímenes autoritarios enfrentan mayores desafíos para mantener un crecimiento sostenido y adaptarse a cambios tecnológicos.
Cuáles son las causas detrás de la divergencia económica de diferentes países que mencionan los recientes ganadores del premio Nobel de economía
Los ganadores del Premio Nobel de Economía 2024 explican que la divergencia económica entre los países está profundamente influenciada por la calidad de sus instituciones. A continuación, se resumen las principales causas que ellos identifican:
1. Instituciones inclusivas vs. extractivas:
Las instituciones inclusivas fomentan la participación económica de una amplia parte de la población y garantizan igualdad de oportunidades. Por el contrario, las instituciones extractivas concentran poder y recursos en una élite, limitando el crecimiento al excluir a la mayoría de los ciudadanos de los beneficios económicos. Esta concentración perpetúa la pobreza y la desigualdad, lo que obstaculiza el desarrollo sostenido.
2. Impacto de la colonización:
La investigación de Acemoglu, Robinson y Johnson muestra que las estructuras institucionales heredadas del colonialismo influyeron significativamente en el desarrollo posterior de las regiones colonizadas. Mientras algunas colonias adoptaron sistemas que permitían una participación más equitativa, otras crearon instituciones extractivas diseñadas para explotar recursos y personas, lo que estableció bases de desigualdad que persisten hasta hoy.
3. Tecnología y distribución del progreso:
Los laureados también señalan que las innovaciones tecnológicas tienden a beneficiar desproporcionadamente a las élites si no se regulan adecuadamente. Esto puede agravar la desigualdad y limitar el impacto positivo de la tecnología en la sociedad en general. En su libro *Poder y progreso* (2023), advierten sobre la necesidad de garantizar que los beneficios de la inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes se distribuyan de forma equitativa.
4. Relación entre democracia y crecimiento:
Si bien no sostienen que la democracia sea una solución definitiva para el crecimiento, los economistas argumentan que las democracias tienden a ser más innovadoras y estables a largo plazo que los regímenes autoritarios. Sin embargo, algunos ejemplos, como el caso de China, muestran que los regímenes no democráticos pueden crecer rápidamente en ciertas condiciones, aunque enfrentan dificultades para sostener ese crecimiento de manera indefinida.
Estos hallazgos subrayan la importancia de construir instituciones sólidas, inclusivas y adaptadas a los desafíos tecnológicos contemporáneos para lograr un desarrollo económico equilibrado y sostenible.
¿El caso de la historia económica Argentina es mencionado en alguno de los trabajos de los recientes ganadores del premio Nobel de economía?
El trabajo de los economistas Daron Acemoglu, James A. Robinson y Simon Johnson, ganadores del Premio Nobel de Economía 2024, incluye análisis relevantes para la historia económica de Argentina. En sus estudios sobre cómo las instituciones influyen en el desarrollo económico, los investigadores identifican que la desigualdad y el estancamiento en países como Argentina tienen raíces profundas en las instituciones extractivas heredadas del colonialismo.
Según Robinson, Argentina sigue un “patrón complicado” similar al de otros países latinoamericanos como Venezuela, caracterizado por dificultades para construir instituciones inclusiv00as que favorezcan el desarrollo sostenido. Estos países enfrentan desafíos debido a un legado de marginalización, explotación y estructuras políticas que limitan el crecimiento a largo plazo.
Además, los economistas argumentan que las instituciones políticas y económicas en Argentina han sido capturadas en varias etapas por élites, lo que ha dificultado las reformas necesarias para garantizar un desarrollo más inclusivo. Este fenómeno refleja lo que ellos llaman instituciones “extractivas”, que generan beneficios a corto plazo para quienes controlan el poder, pero impiden un crecimiento sostenido y equitativo.
La relevancia de estos estudios radica en que ofrecen una explicación estructural sobre por qué Argentina ha experimentado ciclos recurrentes de crisis económica, destacando que sin un cambio hacia instituciones más inclusivas, es difícil romper con esta dinámica negativa.
