Condena y libertad para una mujer que estafó a remisero y robó

En un juicio abreviado, este viernes 29 una mujer villamariense de 42 años recibió una condena por hechos de estafa y robo, pero recuperó la libertad. Estaba presa desde marzo.

 

La Cámara del Crimen de Villa María, presidida por la vocal Eve Flores, llevó adelante un juicio abreviado.

Se trató de un proceso en el que condenaron a Noelia Roxana Banegas, una mujer de 42 años oriunda de Villa María.

La misma estaba imputada por delitos de estafa y resistencia a la autoridad ocurridos en mayo del 2017 y por un hecho de robo en marzo de este año, por el que quedó presa.

De acuerdo a información brindada por fuentes tribunalicias, la mujer cuenta con secundario completo, trabajaba de feriante, consume drogas y no registraba condena anterior.

Durante el proceso, contó con la defensa de la abogada Silvia Medina.

Uno de los hechos por los que se lo encontró culpable fue una estafa producida cuando el 25 de mayo del 2017 se negó a pagar un viaje en remis.

Al día siguiente, impuso resistencia a la Policía de Córdoba cuando la aprehendieron.

La mujer luego recuperó la libertad hasta marzo de este año, cuando el 10 de ese mes robó un teléfono celular dentro de un establecimiento educativo y quedó detenida.

En el juicio abreviado también participó el fiscal Francisco Márquez representando a la parte acusatoria.

El Tribunal resolvió declararla culpable de los delitos de estafa, resistencia a la autoridad y hurto e impuso la pena de 3 años de prisión de ejecución condicional.

Por ello, se dispuso el recupero inmediato de su libertad.

Asimismo, solicitaron una serie de requerimientos tales como fijar domicilio, someterse al cuidado del Patronato de presos, abstenerse del consumo de alcohol y estupefacientes y tratamiengopsicológico.

Además, la condenada anunció que iniciaría estudios terciaros y universitarios, por lo que el Tribunal la incitó a que lo realice.

 

AnteriorGasoducto: comunidades aborigenes temen que afecte a zonas sagradas
SiguienteComenzó la veda: qué se puede hacer y qué no