Horacio Ahumada fue más de 25 años bombero del cuartel local. En su retiro dejó regalo que compró con la primera pensión que cobró.
Sería una redundancia explicar la vocación de servicio que experimentan los bomberos voluntarios, es su sello distintivo.
Pero el amor por su institución, sí se puede ejemplificar con el accionar de Horacio Ahumada, Oficial Sub Inspector de Bomberos Voluntarios de Villa María.
Fue bombero durante más de 25 años, sin contar los años de aspirante, y al momento de acojerse a su retiro decidió comprar una motosierra al cuartel local.
El dato más importante es que lo hizo con el dinero que cobró de su primera pensión, justamente como bombero.
En diálogo con Villa María Vivo comentó: “después de los 55 años y 25 como bombero, sin contar los de aspirantes, podemos pedir el retiro.
A mi me daban los años ya en 2020, pero con todo lo de la pandemia, lo postergué. Ahora ya recibí el primer pago de la pensión y consulté a mis compañeros qué les hacía falta”.
Ahora que le toca despedirse lo hizo con un regalo: una motosierra.
“Después de tantos años, uno conoce los materiales con los que contamos y lo que necesitamos.
Es un elemento muy útil los días de tormenta, con las caídas de árboles pero también para asistir en desmoronamientos. Porque capacitando al personal, se pueden hacer puntales para sostener techos, paredes”.
Fue más de 25 años bombero
Vale recordar que los Bomberos Voluntarios justamente no cobran un sueldo por la prestación de sus servicios, pero después de muchos años de lucha lograron un reconocimiento en su retiro.
Horacio de todos modos sigue trabajando diariamente como empleado en Cormetal, quienes durante todos estos años avalaron los permisos para retirarse ante urgencias que debía asistir.
Una vida sacrificada colmada de esfuerzos con una doble tarea a diario, reconoce que muchos son los recuerdos pero hay uno del que aún no puede desprenderse.
“La explosión de la Fábrica Militar de Rio Tercero fue uno de los momentos que más me movilizó.
Recuerdo que íbamos llegando a Tancacha, 10 voluntarios en la unidad 43, y veíamos al costado de la ruta la gente que ya se había autoevacuado, mientras nosotros nos metíamos en la ciudad.
Hay una foto en la revista Gente que aparecemos junto a Gustavo Nicola, hoy jefe de nuestro cuartel, sacando abuelitos de un geriátrico cercano al lugar de la explosión”.