Tienen 70 años, se enamoraron en un parque de diversiones y se van a casar

“Nos casamos para sellar nuestro amor”, cuenta emocionada Blanca Deheza, que este martes 22 de junio se casa con Alberto Rolando. Tienen 73 y 76 años. Los dos se la jugaron por amor y conviven hace 40 años.

Se conocieron en Villa María cuándo Alberto llegó a la ciudad con su parque de diversiones. El era uno de los conductores de la Muralla de la Muerte, la atracción donde los motociclistas realizan acrobacias a grandes velocidades.

Blanca era enfermera en la ciudad y esa noche fue al parque. “Lo vi parado en la orilla de la muralla, vestido todo de cuero. Me enamoró y yo atrevida le tire una tarjetita con los datos de mi sala de inyecciones”, relata Blanca.

“Detrás le escribí ‘no juegues con tu vida, es una pena, sos muy joven’, lo tiré de arriba de la muralla. El alzó la tarjetita y a la mañana siguiente apareció en la salita de inyecciones”, eso ocurrió una noche de 1975.

Blanca cuenta que desde ese momento “no se separaron más”. Pasaban meses que no se veían porque Alberto viajaba con su parque de diversiones.

“Yo lo veía poco pero siempre estábamos en contacto. Un día vino y me dijo yo me voy a juntar con vos, te amo, quiero que estemos juntos. Hacía como un año que no lo veía, me tocan el timbre y era él”, explica.

Alberto vendió su parque de diversiones y volvió a vivir a Villa María: “Un domingo a la tarde apareció con lo puesto y un pulóver en la espalda”. ¿Te animas a que empecemos de cero?, le dijo a Blanca.

“Y yo le dije que sí. Él era un luchador. Con mi moto, empezó a comprar ristras de ajo y a venderlas en los negocios. Iba a Córdoba a comprar y vendía por los pueblos, después se compró un camioncito y era todo más cómodo”, relata sobre sus primeros años juntos.

Se casan después de 40 años juntos

Los años fueron pasando y, según Blanca, no hay discusiones ni peleas, ambos se acompañan mucho. El, con 76 años, todavía viaja y trabaja fuera de su casa algunos días.

“Quizás por eso hemos durado tantos años. No estamos mucho juntos, el viene los viernes a la noche y pasa algunas semanas. Después vuelve a trabajar. Somos el uno para el otro. Siempre con la paciencia, hablándonos, entendiéndonos, es el amor de mi vida”, dice ella.

Antes iban a los bailes y salían, “ahora nos acostamos a mirar series, somos muy compañeros. No sé qué va a pasar el día que falte uno”.

“Queremos terminar juntos, felices como siempre y seguir compartiendo la vida hasta ultimo momento”, relata Blanca.

Se casarán en Villa María, la ciudad donde nació su amor, el martes 22 a la siesta. Estarán algunas de sus hijas y sus nietos: “Nos casamos y nos venimos a casa, a seguir compartiendo la vida”.  

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