La mujer nació en Villa María y hoy está radicada en Río Tercero, localidad que ama y de la que es ciudadana destacada por sus vecinos y por el Concejo Deliberante.
“No le voy a poner perfume al dolor físico, porque se siente. Pero siempre hay que hacer algo, ser feliz”. Así se expresaba Armida Taglasachi con Mariela Martínez, corresponsal de La Voz.
Armida sabe de dolores, pero también que la vida está para vivirla y de eso, ella es ejemplo. Tiene 91 años, fue maestra rural durante 60 años y la semana pasada presentó su 13º libro.
Escritura y compromiso
Además de tener 7 hijos, 20 nietos y 10 bisnietos, Armida tiene amor por la lectura, la escritura y compromiso social.
Desde hace un tiempo, colabora con los proyectos de La Luciérnaga Río Tercero, una fundación con 20 años de trayectoria que trabaja con los vecinos más vulnerables de la ciudad: niños, niñas, adolescentes y madres con escasos recursos.
Para Armida, “todos llegamos al mismo lugar, la muerte, lo que vale es haber dejado huellas, por más pequeñas que sean”.
Por eso, lo que recaude con su último libro, “Tranqueando despacito hacia las claras huellas del tiempo”, lo destinará en un 100% a la organización.
“Quiero seguir viviendo. Mi lugar es Río Tercero y es La Luciérnaga”, le decía la anciana a Martínez.
“Hice lo que deseaba”
Sobre su trayecto por la escritura, la mujer dice que no se considera una gran escritora: “sólo hice lo que deseaba: escribir”.
“Es el último eslabón de una cadena de sueños que comencé hace muchos años”, agrega.
Foto: Armida, Foto de La Voz del Interior
