El potente idioma de las danzas del País Vasco en película presentada en Villa María

La comunidad vasca de Villa María fue testigo el pasado sábado 2 de noviembre de la proyección de la película “Dantza”, un relato sobre el ciclo de vida interpretado únicamente por bailarines, no por actores profesionales.

Para la presentación llegaron desde el Pais Vasco el director del filme, Telmo Esnal, y uno de los intérpretes principales, el danzari Gari Otamendi.

Estuvieron acompañados por el presidente del Centro Vasco de Villa María, Luis Carricaburu (foto).

Previo a la proyección del filme, dialogaron con la prensa local.

-¿Por qué motivo eligieron la danza para el mensaje de la película?
Telmo Esnal: Es algo que no se había hecho en el Pais Vasco. La danza es un idioma muy potente y en sí mismo encierra simbologías muy interesantes. Era una apuesta total a hacer una narración enteramente bailada, sin ningún tipo de diálogo. Creo que las propias danzas cuentan mucho de nosotros y no se necesitaba ningún aderezo especial para contar nuestra historia.

-¿Cuándo surgió la idea?
-T.E.: La idea parte de cuando justo terminé mi película anterior, en 2011. Me junto con un amigo escultor, y le dije que me gustaría hacer algo con la danza tradicional. Llevaba yo mucho tiempo danzando y siempre quise hacer algo con la danza. Fue el momento en el que me di cuenta que no era solamente una locura mía. Con estudios de las distintas simbologías y recuperación de viejas coreografías, se fue armando la producción.

-¿Cómo fue la adaptación del escenario al set de filmación?
-Gari Otamendi: Nosotros no somos actores profesionales. Tuvimos que adecuar nuestras coreografías, que llevamos 20 años realizando, para llevarlas al cine. En varios momentos, a nuestra interpretación tuvimos que adecuarla a la mirada de la cámara. Estamos acostumbrados a hacerlas el directo y para un único frente. De pronto la cámara se posicionaba en distintos lugares. Eso nos amplió la perspectiva.
-T.E: Ellos no son actores, son danzaris. Pero un danzari está acostumbrado a interpretar ante el público. No son conscientes que si son actores. Mi trabajo fue coordinar un poco esas miradas, enseñarles a colocarse frente a la cámara. El resto del baile ya lo traían de casa.
-G.O.: En el nivel de sutilezas que pide el cine con una cámara a pocos centímetros, la narrativa corporal cambia del todo. Hay que hacerlo todo con mayor sutileza. El director, combinando los dos juegos, nos da una mayor interpretatividad.

-¿Cómo eligieron las coreografías?
-T.E.: Todas son danzas tradicionales vascas. El futuro para mi está en crear de una manera que nadie se dé cuenta que detrás de eso hay una creación, sino que parezca que viene de toda la vida, con lo cual todos nos sentimos cómodos.

-¿Cómo fue la selección de los escenarios para filmar?
-T.E.: Es una película atemporal, pero cíclica. Necesitábamos que fuera cambiando el tiempo dentro de la película. Eso nos llevó a rodar dentro de distintas fases del año. Y eso enmarcó el rodaje en cada sitio. Fue un año entero de rodaje. A las localizaciones las elegimos pensando en que tenían que ayudar a contar la historia. Pero los escenarios eran importantes hasta el momento en que se empieza a bailar. Esa era la máxima. Ser bellos y ayudar a narrar la historia.

Actos oficiales

La película Danzta se presentó en Villa María como parte de las actividades por el Mes Cultural Vasco. También se estuvo viendo en esta oportunidad en otros puntos del país. Argentina es donde más integrantes de la comunidad vasca hay en el mundo.

El próximo 3 de diciembre se conmemora el Día del Euskera, como parte de las celebraciones anuales de la comunidad vasca.

Foto: VillaMariaVIVO.com.

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