Hablemos de discapacidad para reconocer e incluir

El 3 de diciembre es el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, una jornada para pensar y para reflexionar, pero sobre todo para hablar, para reconocer, para incluir.

¿Por qué es tan difícil hablar de discapacidad? Eufemismos, sinónimos, analogías y diversas palabras son usadas por la sociedad para evitar nombrar el concepto correcto.

Por miedo, pudor o desconocimiento muchas personas se sienten incómodas al hablar de discapacidad y con la necesidad de emplear expresiones que quizá se consideran más decorosas o suaves.

Personas con capacidades diferentes o con capacidades especiales, son los términos más usados para referirse a una persona con limitaciones físicas, sensoriales o cognitivas.

Pobrecitos, angelitos, cieguitos, sorditos, renguitos, buscan endulzar la discapacidad. Discapacitado, minusválido, enfermo, incapacitado o deficiente son conceptos despectivos y negativos. Esos términos excluyen e invisibilizan a la discapacidad, pero sobre todo a las personas.

Por eso, el término adecuado es “Personas con Discapacidad” (PCD) o “Personas en situación de Discapacidad” (PeSD), tal como lo propone la Convención Internacional por los Derechos de las Personas con Discapacidad, a la que Argentina adhiere. O en todo caso, “persona ciega”, “persona sorda”, “persona usuaria de silla de ruedas”, etc. Esto pone el acento sobre la condición de personas y no en la discapacidad.

Perder el miedo

Entonces hay que perderle miedo a la palabra discapacidad. Es cuestión de que nos familiaricemos con la palabra. Decir discapacidad nada tiene que ver con discriminar. Todo lo contrario. Las personas con discapacidad sufrimos discriminación cuando no hay un otro que contenga nuestras dificultades y nos ofrezca la ayuda que necesitamos.

La discapacidad necesita ser reconocida y abrazada por una comunidad preparada para ofrecerle a las personas los apoyos y andamiajes que se requieren para lograr una mejor calidad de vida, y para eso es necesaria la aceptación, la información y concientización.

Existe pudor al hablar de discapacidad porque a veces lo desconocido provoca miedo y porque muchos asocian discapacidad con tragedia.

Hablar de “capacidades especiales” no sólo es un eufemismo sino que no reconoce la diversidad, ya que al fin y al cabo todos tenemos capacidades especiales o diferentes.

Decir “discapacitado” sin dudas es un término reduccionista, que quita los rasgos de individualidad y propone definir a las personas sólo en relación a su discapacidad.

La discapacidad no es una tragedia. Es necesario desmitificar, conocer y sobre todo hablar de discapacidad. Hablar es la clave para liberarnos de miedos, de perjuicios y falsos conceptos.

Hablar no soluciona todos los problemas que padecemos a diario las personas con discapacidad, pero es un paso, un aporte más que importante para empezar a suprimir una de las principales barreras que generan exclusión: las barreras comunicacionales y actitudinales, que devienen en barreras sociales.

Día de las Personas con Discapacidad

Hoy martes 3 de diciembre es el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. En 1992, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó esta fecha para fomentar una mayor integración en la sociedad de las personas con discapacidad.

En Argentina, desde el año 2000, también se conmemora el Día Nacional de las Personas con Discapacidad (Ley 25346), a fin de promover conductas responsables y solidarias sobre los derechos de todas las personas con discapacidad.

Escriben: Luis Cecchini y Gustavo Billarruel

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