Hace unos días atrás, Javier Fonseca estaba en las inmediaciones de la heladería Grido ubicada frente al Anfiteatro, cuando la dueña del local le hizo una consulta. ¿Sabes quién me puede hacer una carta con helados y sabores en braile?
El hombre es padre de un niño con discapacidad visual, Felipe, de 7 años. “Nos ofrecemos para que los chicos lo hagan”, le respondió Javier.
Trabajo colectivo
Asi fue que el pasado lunes 19 llegaron a la heladería. Felipe estaba junto a su amigo Fabricio, de 10 años y también con discapacidad visual.
Los niños estaban acompañados por sus padres, y juntos comenzaron con la tarea: escribir la carta en braile.
Sobre el proceso, Javier explicó a Villa María Vivo que los papás leyeron a sus hijos las descripciones, y ellos la escribían a braile.
Acceso
“Es algo tan simple y a veces nadie lo tiene. Nos pareció buena la idea, por eso lo hicimos, para que cuando vayan a la heladería elijan sus gustos, su helado y sepan que es lo que van a tomar”
En esa frase, y con un ejemplo tan simple como la elección de un sabor de helado, el padre de Felipe abre un mundo de posibilidades para tantos comercios quieran, para darle a su hijo un lugar mejor. Para darle más libertad.
“La gente lo puede implementar en todos los lugares para que las personas con discapacidad puedan tener acceso y elegir ellos sus propias cosas”, sostiene Javier.
Foto: Javier Fonseca
